El sábado 25 de abril un terremoto de 7,8 grados sacudió Nepal, un seísmo que varios castellano-manchegos vivieron en primera personas y que despertó la solidaridad de toda la región.
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Rosa Martín y Arturo García, los dos jóvenes toledanos que estaban haciendo trekking por el Everest cuando les sorprendió el terremoto en Nepal.
“¡Creía que se me caía la casa encima, todo se movía de un lado a otro!”. Así vivió Lola Cortés, una de las dos albaceteñas, junto a María Victoria Fernández Molina, que en ese momento se encontraban viviendo en Nepal, el seísmo cuyo epicentro se registró en Katmandú y que dejó miles de víctimas y millones de personas en la calle.
El terremoto pilló a más de 400 españoles en Nepal y las familias en España y en Castilla-La Mancha vivieron días de gran tensión, como la que pasó una familia de Toledo al no recibir noticias de Rosa Martín y su pareja Arturo García, dos jóvenes toledanos que se encontraban haciendo trekking en el Everest.
Tras un mensaje después del terremoto en el que decían que se encontraban bien, la pareja no se había vuelto a poner en contacto con su familia. Finalmente, la alegría llegó cuando les confirmaron días después que estaban descendiendo la montaña hacia Katmandú, la capital del país, y se encontraban perfectamente.
SOLIDARIDAD EN ESTADO PURO
En Nepal todo el mundo se ayudaba, según contaron a encastillalamancha.es los castellano-manchegos que se encontraban en la zona. Desde comida hasta alojamiento se prestaban los unos a los otros, porque muchos eran los que se habían quedado sin nada. Todo ello sucedía mientras los temblores de la tierra continuaban minuto tras minuto y las réplicas seguían sin dar tregua a la población.
Desde Castilla-La Mancha pronto comenzaron a surgir muestras de solidaridad como, por ejemplo, el festival solidario organizado por Cruz Roja en Cuenca o la campaña iniciada por un bombero de Toledo para ayudar a su amigo nepalí Kumar, que vivía “debajo de un plástico” porque había perdido todo. Al final, el tesón de este toledano por ayudar a su amigo se transformó en la recogida de nada menos que 300 tiendas de campaña que el nepalí repartió entre algunos de los afectados por el seísmo.
Fueron días en los que se prestaba ayuda totalmente desinteresada, como la que ofrecieron los 12 bomberos españoles que viajaron a Nepal para colaborar en las labores de rescate, entre los que se encontraba un profesional de Albacete.
El terremoto sacudió Nepal y cientos de castellano-manchegos se volcaron con el pueblo nepalí.