Varios ladrones entraron entre las 14:30 y las 16:30 horas de de la tarde del domingo en la iglesia de San José Obrero del barrio de Santa María de Benquerencia (conocido popularmente como barrio del Polígono) de Toledo, causaron importantes destrozos y se llevaron 800 euros que iban destinados al comedor social de la parroquia, informó el cura, José Antonio Jiménez Fernández, más conocido como «Quillo».
El sacerdote denunció los hechos en la Policía. El supuesto delito al que habrían de enfrentarse los delincuentes, un grupo reducido de jóvenes, es el de robo con intimidación y saña, lo que da ida del ensañamiento con el que se emplearon. No se llevaron nada, solo les interesaba el dinero.
El sacerdote, en su relato de los hechos, narra que los ladrones conocían muy bien los usos y hábitos de la parroquia, incluidos obviamente lo suyos propios. Así, aprovecharon un rato tras sus oficios de la mañana entre las las 14:30 y las 16:30 horas, justamente cuando «Quillo» se fue a comer, para entrar en la iglesia.
«Quillo» asegura que los ladrones actuaron con saña, «haciendo todo el daño posible» en el mobiliario de la iglesia, causando destrozo tras destrozo, pero sin llevarse nada del patrimonio de la parroquia. «Solo les interesaba el dinero», añade el sacerdote, quien asegura que los delincuentes destrozaron, entre otros elementos del edificio, la puerta principal de la iglesia.
Los ladrones, después de acometer los destrozos, fueron finalmente hasta el sagrario, donde estaba guardada una caja de galletas que contenía la colecta de la iglesia, recogida por Cáritas y que iba destinada al habitual comedor social que desde hace años ofrece todos los partes la parroquia de San José Obrero del barrio del Polígono de Toledo. Dicha caja de galletas contenía 800 euros, que iban destinados precisamente al comedo social de hoy martes.
El cura hizo inventario de los destrozos: cinco puertas, dos armarios, dos lampadarios, el Cristo Cautivo y la Virgen de la capilla.
«No sé, habrá que tener más cuidado a partir de ahora», comenta «Quillo», quien no obstante concluye que actos así no van a minar en absoluto el vigor y la continuidad de su labor pastoral.