La Sección Primera de la Audiencia Provincial de Ciudad Real ha condenado a 20 años de prisión a Ángel C.O., de 23 años, el joven de Puertollano (Ciudad Real) que en mayo de 2012 mató de 18 puñaladas al padrastro de su amigo.
La sentencia impone la pena que había solicitado la fiscal del caso para este joven, después de que el jurado popular le declarara el pasado martes culpable de asesinato con el agravante de alevosía.
La sentencia, hecha pública hoy por el Tribunal Superior de Justicia de Castilla-La Mancha, considera probado que Ángel C.O. y el menor Y.S., decidieron de común acuerdo poner fin a la vida de Vicente E.G., de 46 años, que mantenía una relación de pareja con M.M.J.R., madre del menor.
Según recoge la sentencia, ambos concertaron que el día que darían muerte a Vicente E.G. sería la noche del 15 a 16 de mayo de 2012, por lo que, sobre las 23,30 horas del día 15, tras dejar el domicilio del acusado, se dirigieron a la casa del padrastro de Y.S. para darle muerte.
Para ello, Ángel C.O. iba provisto de un cuchillo u otro instrumento tipo estilete con un ancho de hoja de 24 milímetros, que empleó después de charlar de manera amena con el asesinado, con el que se fumaron un par de cigarrillos y tomaron unas cervezas, propiciando un ambiente relajado para así aprovechar el momento para matarlo.
El jurado ha considerado probado que cuando conversaban amigablemente, Ángel C.O., aprovechando que Vicente E.G. se encontraba de espaldas a él, sacó de entre sus ropas el cuchillo que llevaba escondido y le asestó sorpresivamente una puñalada a la altura de la nuca, con tanta fuerza que le alcanzó el hueso del cráneo, levantándose una esquirla del mismo.
Tras esta primera puñalada, Vicente E.G. se giró, aturdido y débil, mientras que el joven continuó con su propósito, propinándole puñaladas en la cara y cuello, cayendo ambos sobre el sofá y, finalmente, el fallecido al suelo.
El menor de edad, que presenció todo el suceso a escasa distancia del múltiple apuñalamiento, se dedicó a controlar que su hermana, que se encontraba en la misma vivienda, no se despertara con el ruido que se estaba generando, y todo ello mientras le gritaba a su amigo, con ánimo de que pusiera fin a la vida de su padrastro, expresiones tales como «mátalo, mátalo».
Acto seguido, señala la sentencia, el acusado cubriéndose la cabeza con la capucha de la sudadera que llevaba y el menor de edad abandonaron precipitadamente el domicilio dejando la puerta de entrada de la vivienda entre abierta.
Vicente E.G. falleció entre las 00’00 horas y las 01’00 horas del día 16 de mayo de 2012, por shock hipovolémico, motivado por la pérdida de sangre derivado de las múltiples heridas incisas que presentaba como consecuencia de las dieciocho puñaladas que recibió.