La Audiencia Provincial de Toledo ha condenado a dos jóvenes ‘skin heads’, Alfredo L.S. y David D.O., a 10 años de prisión para el primero y siete años y siete meses para el segundo por las tres agresiones a jóvenes antifascistas a los que apuñalaron durante los Carnavales de 2012 en esta capital.
Los hechos ocurrieron en la madrugada del 19 de febrero de 2012 en diferentes espacios del Casco Histórico de Toledo después de que un grupo de unas 20 personas, en su mayor parte de ideología neonazi, se cruzaran con otras cinco o seis, entre ellos un joven de raza negra y dos de estética punk, y empezaran a perseguirlos.
En la sentencia, el tribunal aprecia que David, conocido como «El willow» y «de ideología neonazi», atacó con una navaja a Huben K.H., un inmigrante de origen búlgaro y de estética punk, por motivos de discriminación al tratarse de un joven con tendencias antifascistas y le aplica la agravante por motivos ideológicos.
Por ese motivo, le condena a siete años y siete meses de prisión y le prohíbe comunicar durante nueve años más con el agredido, al que debe compensar con 8.000 euros.
Sin embargo, en el caso del otro agresor, Alfredo L.S., apodado «El redi», la Audiencia no considera que actuara guiado por motivos de discriminación ideológica al agredir a los otros jóvenes heridos, y por tanto, no le impone la agravante en la condena.
En este caso, los jueces consideran que se trataba de un «miembro iniciático» del movimiento neonazi y que sus víctimas no exhibían estética punk, aunque sí lo hacía la novia de uno de ellos, que no fue agredida.
La Sala impone a Alfredo un total de 10 años de cárcel, seis y medio por intento de homicidio al apuñalar a Daniel P.N. en la calle La Sierpe, y otros tres años y medio por un delito de lesiones a Felipe D.C., al que apuñaló en la plaza de la Magdalena.
Alfredo deberá mantenerse alejado de sus víctimas a al menos 500 metros durante ocho años en el caso de Daniel, al que debe indemnizar con 8.000 euros, y durante cinco en el caso de Felipe, al que debe compensar con 7.500 euros.
Los jueces consideran que tanto Huben K.H., al que su agresor hirió en el hígado, como Daniel P.N., al que la puñalada le afectó a un riñón y a la arteria renal, podrían haber muerto de no haber sido por la asistencia médica rápida.