lunes, 25 de noviembre de 2024
Audiencia Provincial de Toledo 11/05/2016junio 7th, 2017

Rufino González y Flores Alba, declarados culpables el pasado 28 de abril del asesinato del cazador de Belvís de la Jara (Toledo), han sido condenados a 25 y 18 años de prisión respectivamente.

El fallo de la sentencia pronunciada por el juez recoge una condena para Rufino de 19 años de prisión por asesinato, cuatro años por robo con violencia en las personas y año y ocho meses por tenencia ilícita de armas. Por su parte, para Flores se estipulan 15 años de prisión por asesinato, dos años por robo con violencia en las pesonas y un año por tenencia ilícita de armas. Además, deberán indemnizar a la viuda con 120.000 euros y a cada uno de los hijos con 60.000 euros. 


La sentencia es algo inferior a lo solicitado por el fiscal y la acusación particular. El primero pedía 27 y 24 años de cárcel, mientras que el abogado de la familia de la víctima exigía 28 años para cada uno. 

Los hechos que se juzgaron con jurado popular en la Audiencia Provincial de Toledo, y de los que hoy se ha conocido la sentencia, tuvieron lugar el 30 de septiembre de 2013 cuando Rufino y Flores -primos hermanos- llevaron de caza a la víctima, Antonio F. M., con la intención premeditada de acabar con su vida y robarle. Los tres quedaron a las 18:00 horas en la casa rural de Aldeanueva de Barbarroya y se marcharon hacia la finca «Los Baños» en el coche de Rufino. Una vez en este paraje, Rufino disparó por la espalda a Antonio, falleciendo éste en el acto. Posteriormente, le quitaron la ropa, le metieron en un saco de dormir y le enterraron a tan solo unos metros para, a continuación, esconder bajo tierra el rifle del fallecido y sus enseres. A las dos horas los imputados regresaron a su vivienda de Talavera, llevándose con ellos el visor y los prismáticos de Antonio, así como la pistola con la que cometieron el disparo, que fue escondida en una casa derruida a 15 metros del domicilio. Después de meses de búsqueda, el cadáver fue hallado el 14 de febrero de 2014 tras la detención de los dos procesados y gracias a la confesión que hizo Flores a la Guardia Civil.

El juez da por probado que Rufino disparó por la espalda a Antonio en la finca «Los Baños» «sin que la víctima tuviera posibilidad de advertir la inminencia del ataque» y buscando intencionadamente el resultado obtenido. También da por cierto que esta muerte fue «consecuencia de un plan previamente ideado por Rufino con el propósito de apoderarse del rifle, visores y restantes pertrechos que portaba». Entiende igualmente que en este plan tuvo el consentimiento de Flores, quien con antelación a los hechos «preparó el lugar donde sabía que tenían previsto ocultar el cadáver».

Tras la confesión que hizo Flores cuando le detuvieron, en la finca fueron halladas, en el interior de distintos zulos de PVC y tubos metálicos, un rifle y una escopeta. En el domicilio de Rufino en Talavera encontraron dos escopetas, una pistola y un rifle. El arma corta empleada para asesinar a Antonio fue localizada en una caseta derribada, próxima a la vivienda de éste último. 

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