Agentes de la Policía Nacional han desarticulado una red de narcotraficantes que introducía cocaína en nuestro país oculta en el ácido de las baterías de toros mecánicos industriales.
Se han incautado más de 60 kilogramos de cocaína de elevada pureza y han sido detenidas nueve personas, cuatro de ellas de origen colombiano.
La organización criminal se asentaba en Madrid e introducía los estupefacientes desde diferentes puntos de Sudamérica por vía marítima a través de puertos españoles y holandeses, ocultándolos en contenedores de mercancía de curso legal que después distribuían mediante una red de coches “caleteados”.
En las baterías, junto al ácido sulfúrico
Hasta cuatro días fueron precisos para hallar el complejo y novedoso sistema de ocultación de la droga, que no era otro que esconder los paquetes en el interior de las celdas de las baterías de alto voltaje de los toros mecánicos junto con el ácido sulfúrico.
Además, este compartimento contaba con un sellado industrial, por todo ello fue necesaria la utilización de maquinaria específica para su apertura, extracción y almacenamiento del ácido en recipientes adecuados.
La investigación se inició en 2017 cuando se detectó, gracias a los mecanismos de cooperación policial internacional, la existencia de una organización criminal asentada en Madrid y cuya actividad principal vendría encaminada al tráfico de drogas a escala internacional, mediante la importación de contenedores de transporte de mercancías vía marítima a través de los puertos de Barcelona y la ciudad holandesa de Rotterdam.
Intervención de la DEA
A partir del mes de septiembre de 2021 los esfuerzos de los investigadores se vieron impulsados tras recibir informaciones de la Drug Enforcement Agency (DEA) de los Estados Unidos de América, que apuntaban hacia la organización criminal objeto de las pesquisas iniciadas en 2017. Dichas informaciones hacían referencia a los dos principales investigados, ambos de nacionalidad colombiana, y que ya habían sido objeto de investigación en los años previos.
La ardua labor policial desarrollada durante los últimos meses y materializada en más de un centenar de vigilancias permitió reunir indicios suficientes como para acreditar la existencia de un entramado criminal cuya actividad vendría encaminada, por un lado, al tráfico de drogas a escala internacional, principalmente de cocaína que introducirían en nuestro país a través de contenedores de transporte de mercancías vía marítima y, por otra parte, al blanqueo de capitales.
Un transporte sospechoso que llegó a Madridejos (Toledo)
Utilizaban sociedades mercantiles y empresas pantalla que, con una apariencia de legalidad, les ofrecían la cobertura legal necesaria para ocultar el tráfico de drogas. Además, el estupefaciente llegaba a sus destinatarios finales mediante una red de distribución en la zona de Madrid por medio de vehículos “caleteados”.
La investigación se vio impulsada a finales de febrero cuando los agentes detectaron un transporte sospechoso procedente de Barcelona, en el que un camión trasladaba toros mecánicos a una nave industrial de la localidad toledana de Madridejos, que podrían servir para ocultar cocaína.
Tras intervenir la maquinaria se trasladó al Grupo Operativo de Intervenciones Técnicas (GOIT), a cuyos agentes, a pesar de su especialización en trabajos similares, les hicieron falta hasta cuatro días para conseguir hallar el complejo y novedoso sistema de ocultación de la droga.
Cuatro días para encontrar la cocaína
Este consistía en esconder los paquetes en las celdas de las baterías de alto voltaje de uno de los toros mecánicos, compartiendo espacio con el ácido sulfúrico que forma parte del interior de las baterías y con un sellado tipo industrial, que hizo precisa la utilización de maquinaria específica para su apertura, extracción y almacenamiento del ácido en recipientes adecuados.
El complejo y sofisticado sistema de ocultación, que pese a encontrarse alojado en las baterías químicas permitía el normal funcionamiento de la maquinaria industrial, escondía finalmente un total de 32 paquetes de cocaína con un peso total de 60 kilogramos.
Culminó la investigación con nueve detenciones en las provincias de Madrid, Ciudad Real y Valencia, y la intervención de un vehículo dotado de un compartimento oculto tipo “caleta”, en la parte superior del salpicadero, que albergaba otros dos kilogramos y medio de cocaína, además de varias básculas de precisión y otros útiles que la organización utilizaba para labores de distribución.