El jurado popular ha declarado por unanimidad culpable de homicidio al acusado de acabar con la vida de un amigo en septiembre de 2015 en Illescas (Toledo) tras una discusión por «desavenencias» y disolver el cuerpo en ácido, cuyos restos no han aparecido, para deshacerse de él con posterioridad.
Los nueve miembros del jurado, que han considerado suficientes las declaraciones de los acusados durante el juicio que se ha celebrado este lunes en la Audiencia Provincial de Toledo, también lo han declarado por unanimidad culpable de un delito de tenencia de armas, así como han declarado culpables de encubrimiento a los otros acusados, un amigo y la esposa del procesado en el momento de los hechos.
El fiscal, la acusación particular (que representa al hijo de 11 años que el acusado tuvo de una relación anterior a 2015) y los letrados de las defensas del acusado, su pareja y su amigo han alcanzado un acuerdo motivado por la atenuante de confesión tardía y colaboración del autor confeso del homicidio.
No obstante, el acuerdo no ha evitado que se celebre el juicio en la Audiencia Provincial de Toledo y tras poco más de una hora para la constitución del jurado, el magistrado-presidente ha abierto la vista oral en la que los tres acusados han reconocido los hechos y han aceptado las penas.
En el caso del acusado principal, la pena solicitada asciende a 12 años y tres meses por el homicidio, la prohibición de disfrutar del tercer grado antes de cumplir la mitad de la condena y el pago de una indemnización de 160.000 euros (60.000 para el hijo, 50.000 para los padres de la víctima y otros 50.000 euros para su compañera sentimental en el momento de los hechos).
Asimismo, el fiscal ha pedido para el acusado un año y un día de prisión por tenencia ilícita de armas, ya que confesó tener escondida un arma en un compartimento de difícil acceso de su vehículo, pero sin embargo ha negado durante juicio que la usara para matar a la víctima.
Para el amigo encubridor, que presenció el homicidio en la vivienda del acusado principal, la pena solicitada es de seis meses de cárcel, pero su abogado ha solicitado que se suspenda dicha pena porque también ha reconocido los hechos y aunque en principio se acogió a su derecho a no declarar, posteriormente colaboró con la Justicia y contó lo ocurrido.
Y a la pareja del acusad, no procede imponerle pena alguna porque está amparada por su derecho a no declarar en contra de él y a poner en conocimiento lo ocurrido debido a la relación que mantenía con el mismo.
El jurado, compuesto por cinco mujeres y cuatro hombres, ha escuchado el relato de los hechos por boca del fiscal, recogido en el escrito con el que han mostrado su conformidad todas las partes.
Este relato explica que el acusado tenía una relación de amistad con la víctima, ambos vinculados con el tráfico de drogas, y el 4 de septiembre de 2015 concertó una cita en su vivienda vía telefónica con él.
Allí tuvieron una discusión por «desavenencias» en presencia de otro amigo, mientras que su esposa también estaba en la vivienda pero en otra estancia. Como consecuencia acabó con la vida de la víctima «consciente y voluntariamente», por tanto, de manera «intencionada» e hizo desaparecer el cuerpo.
Desde el principio, una vez detenido, reconoció su autoría, pero «no la forma en la que lo mató», ha precisado el fiscal, mientras que el abogado defensor del acusado ha incidido en que «en todo momento» ha colaborado en la instrucción del caso.
Durante el juicio, el acusado ha reconocido los hechos, ha respondido que tenía una amistad con la víctima desde hacía 18 años y que la discusión el día del homicidio estaba motivada por «un dinero» que le debía.
Los otros dos acusados también han reconocido que eran conocedores de la muerte de la víctima.
En el último turno de palabra, los tres han renunciado a añadir algo más, pero el letrado de la defensa del principal acusado ha señalado durante la vista que cuando se pide perdón al final de los juicios es con la intención de rebajar la pena, algo que no va a ocurrir en este caso porque hay un acuerdo al respecto, y que «el arrepentimiento real» lo ha demostrado con su colaboración.