Las tres yeguas, siete corzos y un número indeterminado de jabalíes que fueron abandonados en una finca de Huete (Cuenca), según la denuncia interpuesta por la organización ecologista Equo, con evidentes signos de desnutrición, han desaparecido sin que se conozca su paradero.
En un comunicado público, y tras denunciar el abandono, que se ha reproducido desde hace cuatro meses sin que ningún responsable de la finca, propiedad de la familia de la rejoneadora Noelia Mota, tomará una decisión, Equo ha confirmado la desaparición de los animales.
La organización ecologista ha explicado que, tras interponer el viernes la denuncia por la situación de abandono, miembros del Seprona se personaron en la finca, ubicada en el kilómetro 2 de la CM-2019, ese mismo día por la tarde y pudieron comprobar la dramática situación en que se encontraban los animales.
De hecho, tanto las yeguas como los jabalíes se veían desde el exterior de la finca y se aproximaban a cualquier persona que pasaba junto a ella para obtener comida.
En la misma noche del viernes al sábado, ha ampliado Equo, se pudo comprobar que las tres yeguas, dos de las cuales estaban preñadas y tenían un extraño corte en el cuello, y la casi totalidad de corzos y jabalíes ya no estaban en la finca, a cuya entrada se pudieron ver las huellas de neumáticos del transporte que, supuestamente, había entrado para llevarse a los animales.
Según Dolores Leirado, miembro de Equo, «es sorprendente que estos animales hayan estado allí casi cuatro meses abandonados, sin ningún tipo de comida, comiéndose sus propias heces del hambre que tenían, y ha sido poner la denuncia e inmediatamente han sido retirados de la finca».
Ha añadido que «varias personas de la localidad se han puesto en contacto con nosotros y nos han asegurado que situaciones como esta ya se habían dado en otras ocasiones en esta finca, que al parecer se utiliza como retiro de equinos que consideran ya inservibles».
«Debido a la crisis es habitual ver fincas con caballos en estado de abandono. Son animales que ya no son útiles y los propietarios ni tan siquiera invierten en su alimentación y, en ocasiones, los animales mueren de inanición, agonizando durante días», ha razonado.
Leirado ha concretado que «esta situación es un claro delito de maltrato animal» y que el artículo 337 del Código Penal castiga con penas de entre seis meses y un año de cárcel.
«Esperamos que con la máxima premura, así lo hemos solicitado en nuestra denuncia, los animales sean incautados para poder darles la atención veterinaria necesaria y una correcta alimentación» porque, ha concluido, «la crítica situación de estos animales debe ser resuelta antes de que sea demasiado tarde».