Dos personas han sido detenidas, y una tercera está siendo investigada, como responsables de una presunta estafa financiera que proponía a la víctima realizar inversiones inmobiliarias en el casco histórico de Toledo, tal y como ha informado la Policía Nacional.
Todo comenzó en agosto de 2018, cuando los ahora detenidos (un matrimonio) se reunieron con un grupo de amigos, entre los que estaba la víctima. Fue en un ambiente afable y distentido cuando le sugirieron la posibilidad de invertir dinero para obtener mayor rentabilidad, ofreciéndole la posibilidad de participar en un negocio que consitía en la compra de inmuebles en el casco histórico de la capital regional, reformarlos y posteriormente venderlos a inversores extranjeros.
Comprar casas en el casco histórico de Toledo, reformarlas y luego venderlas, pero…
Días después y siguiendo el guión previsto, el hombre contactó con la víctima para comunicarle que ya había visto un edificio de viviendas idóneo para llevar a cabo la inversión que le había propuesto, en el que participarían ambos y una tercera persona a la que la víctima no conocía.
Pero para acceder a lo que le vendieron como un negocio exclusivo debía entregarle 62.000 euros, que le devolvería en tres meses, una vez que el edificio se hubiera vendido a los supuestos inversores, asegurándole además que ganaría 26.000 euros.
Dicho y hecho. La víctima, transfirió el dinero solicitado pero… No volvió a tener noticias ni de su dinero ni de la persona a la que se lo dio hasta el mes de noviembre. Fecha en la que le ofreció un nuevo negocio, que era invertir otros 8.000 euros para la compra de unas viviendas unifamiliares en Orgaz (Toledo), y aunque en principio la víctima mostró sus reticencias, acabó por realizar la nueva inversión.
Y claro, pasaba el tiempo y la cosa no funcionaba…
De hecho, cuando la víctima le pedía explicaciones, este eludía el asunto y le hablaba de que tenía problemas familiares y de salud, lo que habían provocado un retraso en la obtención de beneficios, hecho que extrañaba a la víctima, ya que le veía conducir un vehículo de alta gama recientemente comprado.
Vencido el contrato, le volvió a exigir la devolución de los 70.000 euros que había invertido, consiguiendo que le diera un pagaré con el importe, aunque el pago le fue denegado por la entidad bancaria al no tener los fondos suficientes.
Fue entonces cuando lo denunció, en junio de este año, en la Policía Nacional, momento en el que comenzó la investigación y que terminó con la detención del presunto estafador, «cabeza visible y cerebro de la trama», y de su esposa, que era la administradora de la empresa bajo la que se amparaban para cometer la estafa.
La tercera persona investigada en estos momentos es empleada y socia principal de la compañía. El hombre detenido tenía antecedentes por delitos similares.