Utilizaban las naves de una finca como laboratorio clandestino para cultivar y elaborar, de forma intensiva, la denominada «cannabis sativa» en invernaderos, que los expertos conocen como «plantaciones indoor». Los dos individuos detenidos como presuntos autores de un delito de tráfico de drogas, que responden a las iniciales J.M.G., de 38 años; y D.M.G., de 29, ambos vecinos de Alcaraz, en Albacete, tenían instalado y perfectamente estructurado un centro de cultivo para la producción masiva de marihuana. Y para ello se habían dotado de modernos sistemas de riego, ventilación e iluminación. Eran tan profesionales que cada fase de elaboración de la marihuana la realizaban en una zona diferente.
Hasta que intervino el Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil de Alcaraz y terminaron con un productivo negocio que distribuía la marihuana tanto en la localidad como en otras limítrofes de las provincias de Albacete y Ciudad Real.
Los agentes del Seprona, quienes trabajaron a la par con el equipo de investigación de la 2ª Compañía de la Guardia Civil de Albacete y de la Unidad Orgánica de la Policía Judicial, se incautaron de 321 plantas de cannabis sativa (ocho de las cuales son de las denominadas «madre») de diferentes tamaños; 10 lámparas halógenas HID de 600 vatios, nueve transformadores de corriente, tres cuadros de mando, dos aparatos de aire acondicionado, dos ventiladores, varios medidores de temperatura y humedad, termostatos digitales, humificadores, extractores de aire y diverso material eléctrico. Además de cubetas de plástico para el cultivo de goteo, arcones donde se cultivaba la planta y recipientes con abonos y pesticidas para el cultivo de la marihuana.