sábado, 23 de noviembre de 2024
La banda estaba muy bien organizada 10/05/2012junio 13th, 2017

La Guardia Civil, en el marco de la operación «Látigo», llevada a cabo en Tenerife, Madrid y Guadalajara, ha desarticulado una violenta organización dedicada a robar el dinero a redes de narcotraficantes aprovechando el momento en que se producía la entrega ficticia de la droga. Para demostrar a los narcotraficantes que estaban en posesión de la droga, les enseñaban pequeñas cantidades de cocaína o, incluso, tabletas de escayola que simulaban ser cocaína. En los días previos a la ficticia operación de compra-venta, una de las células del grupo controlaba los movimientos del comprador para averiguar su domicilio, relaciones, etc., con el fin de amenazarlos y coaccionarlos en caso de que en el último momento desistieran de realizar la operación.

La operación, en la que se ha detenido a 15 integrantes de la red (ocho colombianos, dos españoles, dos brasileños, un argentino, un peruano y un inglés) como presuntos autores de pertenencia a organización criminal, tráfico de drogas, robo con violencia e intimidación y falsificación de documentos, se inició el pasado mes de enero a raíz de que la Guardia Civil de Tenerife tuviera conocimiento de la actividad de este grupo.


Tras las primeras investigaciones se pudo averiguar que todos ellos residían en Madrid y Guadalajara, aunque realizaban frecuentes desplazamientos por todo el territorio nacional y otros países de Europa, para llevar a cabo sus hechos delictivos bajo la dirección de dos hermanos colombianos.

MODUS OPERANDI

Los detenidos recibían de diversos colaboradores información sobre las personas de España y otros países interesadas en la compra de cocaína. Tras contactar la red con estos narcotraficantes, les ofrecían la droga, mostrándoles algunas pequeñas cantidades del estupefaciente o bien tabletas de escayola o yeso, simulando contener esta droga.

Una vez ganada la confianza de los compradores, concretaban una cita y acordaban la cantidad del estupefaciente a adquirir, importe económico y lugar donde se realizaría el intercambio. Habitualmente se hacía en aparcamientos públicos, pisos o apartamentos alquilados exclusivamente para llevar a cabo la supuesta operación.

Antes de que el comprador acudiera al lugar con el dinero, algunos miembros del grupo, provistos de pasamontañas, pistolas de fogueo, etc., se ocultaban en estancias de la vivienda donde se efectuaría el intercambio o se escondían en maleteros de otros coches, si el mismo se iba a llevar a cabo en algún parking.

CON GRAN VIOLENCIA

Cuando los compradores llegaban, las personas que estaban esperándolos salían de sus escondites y, empleándose con gran violencia, se apropiaban del dinero que portaba la víctima y huían precipitadamente del lugar.

En los días previos a la ficticia operación de compra-venta, una de las células del grupo controlaba los movimientos del comprador para averiguar su domicilio, relaciones, etc., con el fin de amenazarlos y coaccionarlos en caso de que en el último momento desistieran de realizar la operación.

Durante la práctica de 11 registros domiciliarios (seis en Guadalajara y cinco en Madrid), los agentes intervinieron el siguiente material:

35.000 euros, 350 dólares y 3.000 libras; tres pistolas simuladas y dos aparatos de descarga eléctrica; diversa documentación falsificada; sistemas informáticos (ordenadores, discos duros, etc.); varios paquetes de un kilo cada uno, conteniendo yeso o escayola que simulaba ser cocaína; y 80 gramos de cocaína.

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