La Policía Nacional ha detenido a un ciudadano rumano en la provincia de Albacete, pues se le acusa de explotación laboral a varios compatriotas, a quienes animaba a venir a España a trabajar en la agricultura y, una vez en el país, les pagaba un euro al día por su trabajo.
En un comunicado, la Delegación del Gobierno de Castilla-La Mancha ha explicado que el incremento detectado de ciudadanos rumanos que se han desplazado a Albacete para participar en las tareas de recolección agrícola propició la atención de la Comisaría de Albacete, que intensificó controles preventivos y vigilancias en asentamientos, lugares de habituales de recogida de los temporeros, fincas, explotaciones agrícolas y empresas dedicadas a facilitar la mano.
Estos controles permitieron conocer que un grupo de ciudadanos rumanos, que se habían alojado en una de las naves del polígono industrial de Balazote, pudieron haber sido víctimas de explotación laboral, unas sospechas que se confirmaron con el relato de dos ciudadanos afectados.
Estas dos personas indicaron que, ante la precaria situación económica que sufrían en Rumanía, se pusieron en contacto con un compatriota, que les prometió trabajo de recolección agrícola en la provincia de Albacete, en unas condiciones económicas aparentemente muy atractivas.
Además, este compatriota también les aseguró alojamiento digno y transporte hasta el trabajo.
Con estas perspectivas, emprendieron viaje hasta la localidad de Balazote, en cuyas inmediaciones comenzaron a trabajar en la recogida y recolección de ajos.
Una vez en el lugar, comprobaron que las jornadas laborales excedían las diez horas, el número de días cotizados era muy inferior a los que realmente trabajan y que, del salario a percibir, sólo les fue entregada una mínima parte, en algún caso a razón de un euro por cada jornada trabajada, con la excusa de descuentos por transporte, en concreto, cinco euros por día y dos por cada desplazamiento que realizaban para comprar alimentos.
Además, estaban alojados en una nave industrial que compartían con otras sesenta personas, en unas condiciones de hacinamiento, carentes de medidas higiénicas y de la más mínima dignidad.
Las investigaciones policiales permitieron conocer al responsable de la situación de explotación y vejación que sufrían los trabajadores, que resultó ser C.A.P., un ciudadano rumano que fue detenido y puesto a disposición judicial.
El detenido, que está afincado desde hace varios años en España, tiene antecedentes por delitos contra la propiedad, si bien en los últimos meses se ha dedicado a la captación con engaño en su país de origen, traslado y explotación de personas asumiendo labores de intermediación ante empresarios del sector, a los que ofrecía, de forma ilegal, mano de obra de compatriotas desesperados por su situación económica.