lunes, 25 de noviembre de 2024
Sus actos han costado un millón de euros 17/11/2012junio 13th, 2017

La Guardia Civil ha detenido a 21 integrantes de varias bandas de grafiteros como sospechosos de 160 actos vandálicos en trenes de Andalucía, Extremadura y Castilla-La Mancha, con un coste superior al millón de euros en daños.

Las detenciones de la denominada operación «Picassin» se han efectuado en siete provincias: Sevilla, Córdoba, Jaén, Málaga, Granada, Badajoz y Ciudad Real, según informa la Guardia Civil en una nota.


Los agentes han formado una base de datos con cerca de un millar de expresiones gráficas y las firmas de los autores, que han sido estudiadas «minuciosamente», y han rastreado los vídeos que los grafiteros colgaban en internet con el fin de obtener «un reconocimiento expreso del resto de bandas».

La investigación comenzó hace cinco meses, después de detectarse varios actos vandálicos en la estación de ferrocarril de El Repilao (Huelva), donde un grupo se había dedicado a pintar en los vagones.

La Guardia Civil puso en marcha un dispositivo para identificar a los responsables, que actuaban bajo el seudónimo «RKS», «Los 247» y «KSG».

La colaboración de Renfe ha sido «esencial» en todo el proceso, ya que ha aportado las grabaciones de cámaras de seguridad que recogían la forma de actuar de los grafiteros.

Una vez estudiadas las imágenes y las que los propios autores colgaban en distintas plataformas de internet, la Guardia Civil identificó a todos los integrantes de las bandas.

«Los guardias civiles que han participado en la investigación han adquirido un profundo conocimiento, tanto del ‘modus operandi’ de estas bandas como del significado de sus obras, logrando identificar la autoría con sólo verlas una sola vez», según el comunicado.

Esta información, que será compartida con otras unidades policiales, facilitará detectar casos similares o continuar con otras investigaciones.

Los grafiteros suelen firmar con «nombres de guerra», para así identificarse entre ellos y dejar constancia del grupo al que pertenecen.

Del mismo modo suelen dejar dedicatorias a otros grupos en los dibujos, «entrando así en una espiral de daños que deterioran de forma notable nuestro entorno», explica la Guardia Civil.

Las bandas se desplazan a grandes distancias de las ciudades de origen para actuar en zonas diversas del país, y dificultar con esta dispersión la acción de las fuerzas de seguridad.

Suelen actuar con poco tiempo, así que planifican y coordinan las acciones «milimétricamente», incluso a veces sólo firman por la premura, para dejar constancia a los otros miembros de la comunidad.

Otra forma de actuar es el «bombardeo», que consiste en repetir la firma por todas partes de un objetivo, que puede ser un barrio o una ciudad, «marcando así el territorio» de una banda.

Una de las modalidades más peligrosas, según la Guardia Civil, es la denominada «palancazo».

Consiste en concentrarse en un punto del trazado férreo para que, cuando el tren pase por ese lugar, algunos integrantes de la banda que viajan en el interior activen la palanca de frenos, con el consiguiente peligro para los pasajeros.

De esta forma unos pueden pintarrajear el tren, mientras otros suelen mantener al vigilante de seguridad lejos lanzándole piedras.

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