Habían asaltado un hotel en Alcalá de Henares (Madrid) y querían irse de rositas, por lo que pusieron pies en polvorosa y se lanzaron por la M-30 a más de 200 kilómetros por hora. Los perseguía la Policía, por supuesto, y fue en los túneles de la histórica carretera donde tuvieron un accidente, perdieron una rueda y no les quedó más remedio que parar, como se ve en las imágenes que les mostramos.
Un coche policial camuflado les siguió durante media hora y al final pararon a su lado y lograron detener tanto al piloto como al copiloto. El tercer atracador consiguió en un principio «salir por patas», pero horas después fue igualmente detenido.
Vean cómo finalizó la historia…