Una madre y su hijo han sido detenidos en Puertollano (Ciudad Real) por inducir a una menor a abandonar su domicilio y luego retenerla contra su voluntad, ya que una vez allí no la permitieron salir, tal y como ha informado la Dirección General de la Policía. Ambos detenidos están acusados de ser los presuntos autores de los delitos de inducción al abandono del domicilio, detención ilegal, contra la salud pública y amenazas.
Una investigación que comenzó tras ponerse una denuncia por la desaparición de la menor, que fue puesta por la educadora del centro donde vive, tutelada por la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha.
Como la joven es menor de edad, se procedió a realizar las gestiones necesarias para su localización, con el objetivo de evitar que pudiera encontrarse en situación de riesgo o desamparo. Además, las educadoras del centro alertaron a los agentes de los mensajes que había enviado la joven, a través de los que decía que se encontraba bien y que no quería regresar al centro.
La mujer negó primero que la menos estuviera en su casa de Puertollano
La Policía, intuyendo que se podía encontrar en el domicilio de la mujer posteriormente detenida, fue hasta su casa para comprobarlo, pero la mujer negó que estuviera allí y aseguró que ni siquiera la conocía.
Pero horas más tarde la menor contactó con una de las educadoras mediante una aplicación de mensajería afirmando que se encontraba en Puertollano y que, aunque quería regresar al centro, no se lo permitían.
Por lo que los agentes regresaron de nuevo a la vivienda, pero la menor ya había sido trasladada a un lugar desde el que no podía alertar a los policías ni pedir auxilio, pero la visita de la Policía provocó que sus captores decidieran liberarla para evitar los problemas que les podría causar si la hallaban en el interior de la casa, por lo que los agentes detuvieron de inmediato tanto a la madre como al hijo.
Momentos después la directora del centro y una educadora recogieron a la menor en la estación del AVE y la trasladaron al servicio de Urgencias del hospital de la localidad.
La niña, en sus primeras declaraciones, dijo que había sido inducida por los dos detenidos para que abandonara el centro e irse con ellos a su domicilio, donde había drogas y había sido retenida a la fuerza. Y que la habían amenazado si contaba todo lo ocurrido.
Los agentes han llegado a la conclusión de que la voluntad de los detenidos, presumiblemente, era facilitar la relación sentimental entre la menor de edad y el hijo de la detenida. Pero en el momento en el que la presión policial y la voluntad de la menor de abandonar este confinamiento fueron creciendo, tomaron la decisión de impedirle salir, suministrándole drogas para anular su voluntad y mantenerla en estado continuo de semiinconsciencia.
Fue por la presión policial por lo que decidieron «expulsarla».