La banda de aluniceros actuaba en todo el territorio nacional y estaba especializada en los robos con violencia e intimidación a camiones de transportes de mercancías, butrones a entidades bancarias, empresas y naves industriales mediante el empleo de la lanza térmica. Pero finalmente fue desmantelada y sus siete miembros detenidos gracias al dispositivo puesto en marcha y en el que actuaron las comandancias de Madrid, Toledo, Zaragoza y Ciudad Real, junto con los Mossos d’Escuadra de Lleida.
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Y se les imputan numerosos delitos de robo con violencia e intimidación, robos con fuerza, robo de más de un centenar de vehículos, falsedad documental, receptación y blanqueo de capitales, valorando en más de ocho millones y medio de euros los efectos robados.
Las primeras investigaciones llegaron tras coincidir varios robos con violencia a camiones que transportaban mercancías y que respondían a un mismo modo de operar. Y se llegó hasta un grupo completamente organizado y cuyo líder era un conocido alunicero asentado en Madrid quien, además de dedicarse al robo a camiones utilizaba el procedimiento del butrón en empresas y naves industriales, donde forzaban las cajas fuertes para hacerse con el botín.
Para realizar sus fechorías utilizaban furgonetas o coches de alta gama que previamente habían sustraído para transportar el botín y procediendo después a la quema de los mismos para dificultar la labor policial. Llegando a robar para ello más de un centenar de vehículos de lujo.
Robaron incluso un tráiler a punta de pistola y entre los efectivos incautados hay jamones, quesos, productos ibéricos, bebidas de primeras marcas, multitud de teléfonos móviles, material informático y electrónico, una lanza térmica que utilizaban para violentar las cajas fuertes…
Los detenidos son seis españoles y un dominicano cuyas edades van entre los 22 y los 45 años y han entrado en prisión.
Uno de los aluniceros, tumbado en la cama y custodiado por un agente de la Guardia Civil.