Policía Nacional y Mossos d’Esquadra han detenido a dos personas e investigan a una tercera por el secuestro de un hombre en Lloret de Mar, el cual fue liberado en Casarrubios del Monte (Toledo) el pasado verano.

Justo hace un año, la noticia de su liberación causó gran impacto. Los agentes de la Policía entraron en la vivienda en la que estaba secuestrado el hombre, quien entre sollozos decía que estaba inmovilizado mientras el agente gritaba: «¡Somos la Policía, tranquilo!». Este es el vídeo de la liberación de esta persona:

 

Los dos detenidos son de nacionalidad colombiana y española. El primero en el traslado del secuestrado y se encargó de custodiarlo en Toledo. El segundo facilitó la casa donde fue retenido en Cervelló (Barcelona) y se ocupó de su custodia en la estancia en Cataluña.

Lo agentes también investigan a otra persona, de nacionalidad ecuatoriana, quien habría dado apoyo logístico al grupo de secuestradores y habría pagado los gastos de los desplazamientos con su tarjeta de crédito.

Cinco días en Cervelló y posterior traslado a Casarrubios

El hombre fue liberado en Toledo en junio de 2017. Cotejando toda la información que habían extraído, los investigadores pudieron localizar al hombre que había cedido su domicilio de Cervelló (Barcelona) y que trasladó a la víctima hasta la provincia de Toledo.

Las indagaciones policiales también permitieron identificar la persona que hizo de nexo de unión entre los grupos de Madrid y Cataluña. Un hombre de nacionalidad colombiana con domicilio a Arroyomolinos (Madrid), el cual tenía varios antecedentes por realizar robos con fuerza, con violencia y asaltos y que también había sido detenido por haber participado en una detención ilegal en 2012.

Los agentes también identificaron una persona que habría facilitado al grupo la logística para poder desplazarse de Cataluña en Madrid una vez materializado el secuestro, un hombre de nacionalidad ecuatoriana con domicilio en Madrid.

Con esta información el día 12 de junio los agentes establecieron un segundo dispositivo policial conjunto que permitió localizar los tres hombres y detener dos de ellos, uno a Arroyomolinos, y el otro en Cervelló. El tercero, que se localizó en Madrid, fue citado como investigado para declarar ante el juez cuando sea requerido.

El mismo día los agentes realizaron la entrada y registro en el domicilio de Cervelló donde estuvo secuestrada la víctima y donde localizaron el habitáculo que el grupo acondicionó para instalar en el secuestrado.

Pedían 1,5 millones por el rescate

Los secuestradores querían dinero. La mujer de la víctima presentó una denuncia en la que contaba que había recibido una llamada al número de su marido en la que le había solicitado dinero. Exactamente 1,5 millones de euros si quería volver a ser a su consorte con vida.

[ze_summary text=»Dieron un ultimátum: O pagaban o mataban al rehén»]Dieron un ultimátum: O pagaban o mataban al rehén[/ze_summary] 

Una vez puesto en marcha el dispositivo policial, las investigaciones llegaron hasta un grupo criminal experimentado, que principalmente está formado por personas de Europa del este. Los agentes determinaron que «la voz» de los secuestradores se situaba en Madrid y que la víctima podría estar retenida en una zona sin determinar entre Madrid y Toledo. El miércoles 21 ya habían identificado a parte de los integrantes de la banda, a pesar de las cuantiosas precauciones que tomaban para no ser descubiertos.

El jueves sería el día del ultimátum de la banda: O pagaban o mataban al rehén. También pusieron condiciones para el encuentro, el intercambio se tenía que hacer en un aparcamiento en un hotel de la autovía que une Toledo con Madrid, la A-42.

Ese mismo día 22 estaban sucediendo más cosas. Por un lado los Mossos y la Policía acompañaban hasta Madrid al hermano de la víctima para realizar el pago, mientras se preparaba un dispositivo para rescatar al rehén. Por otro lado, los agentes localizaron a varios individuos en Casarrubios del Monte que hacían vigilancias y comprobaciones cerca de una vivienda de la calle de la Villa, en la cual resultaría estar encerrada la víctima.

Una hora antes del intercambio se rescató a la víctima

Una hora antes de la hora acordada para entregar a la víctima en el parking de la A-42, los policías divisaron a los secuestradores sacando a la víctima del domicilio de Casarrubios. Algo debieron ver que no iba bien porque volvieron inmediatamente al domicilio, sospechaban que podía haber agentes en la zona.

Entonces las Policía temió que podrían haber represalias contra la víctima por lo procedieron a entrar en el domicilio y rescatar a la rehén, deteniendo a los secuestradores.

La víctima, que fue trasladada al hospital de Móstoles parcialmente inconsciente como consecuencia de las drogas que el grupo le había suministrado, no presentaba más lesiones que las contusiones provocadas por los golpes recibidos y heridas a las muñecas producidas por las ligaduras.

Tres registros en los que se localizó droga

El día 23 de junio se realizaron tres registros en domicilios de los secuestradores en Paracuellos del Jarama, Illescas y Madrid. En el interior de uno de ellos se localizó y detuvo al miembro de la banda que había huido el día anterior. También se intervino cocaína, cogollos de marihuana y bolas de hachís.

La víctima, una vez recuperada del efecto de las drogas, explicó que el día doce de junio había sido asaltada por varios individuos vestidos con chalecos de policía cuando volvía en coche a su casa en Lloret de Mar. Los asaltantes lo golpearon y después lo redujeron para drogarlo y taparle los ojos. A continuación lo introdujeron a punta de pistola al maletero de un coche.

Los asaltantes lo trajeron hasta un primer escondrijo donde lo tuvieron retenido entre tres y cuatro días. La víctima estaba totalmente desorientada como consecuencia del suministro constante de barbitúricos y benzodiacepinas y de los golpes que había recibido.

El lídes de la banda estudiaba medicina

Pasados unos días, los secuestradores le suministraron más drogas, lo pusieron unas gafas tapadas con cartón y una gorra en la cabeza para trasladarlo hacia un piso en un inmueble de una zona situada entre Madrid y Toledo.

El líder de la banda, un hombre de nacionalidad rumana que actualmente estaba cursando estudios de medicina en una universidad de Madrid, es quien suministraba los medicamentos hipnóticos a la víctima. Este hombre había publicado varios anuncios donde se ofrecía para hacer de actor y modelo.