El acusado de intentar matar a hachazos a su vecino tras discutir en un bar de Puertollano (Ciudad Real) ha alegado que los hechos se produjeron en un forcejeo al intentar defenderse de la agresión. Así se ha expresado F.M.R.D durante su declaración en el juicio que se ha celebrado este martes en la Sección Primera de Audiencia Provincial de Ciudad Real, en el que la Fiscalía pide siete años de prisión por un delito de homicidio en grado de tentativa y que no ha podido concluir al no presentarse un testigo de la defensa, quedando pospuesta la continuación al 14 de marzo.
El acusado ha recordado previamente como él y su vecino, J.C.N.R, discutieron el 19 de marzo de 2016 al intentar mediar en una pelea en un bar donde el acusado llevaba todo el día bebiendo y fumando «canutos». Ha añadido que anteriormente nunca habían tenido «ningún roce».
Tras venir la Policía, ha continuado su declaración, se fue a su casa con un amigo y allí se bebieron «un litro» y se fumó «un canuto». Poco después de irse su amigo, sintió golpes y gritos. Ha declarado que era su vecino que le decía que lo iba a matar y que él comenzó a gritar que llamaran a la Policía. «En ese momento no caí que podía llamar aunque no tuviera saldo en el móvil y chillaba para que me escucharan los vecinos», ha añadido.
«Estaba muy aturdido», ha continuado, explicando que no sabe por qué abrió la puerta y que cuando lo hizo, su vecino le puso «una mano en el cuello y se abalanzó con un hacha». Ha considerado que las cuatro heridas que presentaba la víctima podría ser resultado del forcejeo, porque ha alegado no recordar muy bien el momento de la agresión.
Cuando se dio cuenta de la gran cantidad de sangre, el acusado ha narrado como se asustó y se arrodilló en el suelo; le dijo a su vecino que le había «buscado la ruina». Seguidamente, ha continuado, su vecino se levantó y le dijo que no, que no se preocupara, le dio un abrazo y se marchó. «No noté que se tambaleara, solo que había mucha sangre y no pensé en socorrerle», ha concluido.
El agredido afirma que no hubo insultos ni amenazas previas
Por su parte, el agredido, J.C.N.R, ha explicado cómo el acusado discutió con un amigo suyo en el bar y que los intentó separar, pero que no «hubo insultos ni amenazas» ni en este momento ni previamente, ya que se conocían del barrio pero nada más. Tampoco recuerda que hubiera venido la Policía por la discusión en el bar.
Ha admitido que fue a casa del acusado, pero a hablar con él, «para pedirle perdón», y que no «aporreó» la puerta, ni le espetó que lo fuera a matar. Ha recordado que el acusado tardó «un rato» en abrir y cuando lo hizo se le abalanzó y que le golpeó, pero que no sabe si le dio «con un hacha, un martillo o una motosierra». Tras esto dice que se cayó, «perdió la vista» y ya no se acuerda de nada hasta que, no sabe cómo, se levantó y llegó a su casa.
Finalmente, ha negado que le diera un abrazo y que no advirtió, si en el momento de los hechos, el acusado estuviera bajo los efectos del alcohol o las drogas.
«Mis hijas tienen miedo de salir a la calle»
Además ha explicado que, como consecuencia de los cuatro golpes que recibió, le han tenido que colocar una placa de titanio, que está más irritable que antes, se le olvidan las cosas y no puede desempeñar su trabajo como soldador, ya que se marea y no puede subirse a los tejados «por miedo a los mareos». También ha contado que a raíz de lo sucedido, sus hijas, que en el momento de los hechos tenían unos 11 años, y el resto de su familia, «tienen miedo a salir a la calle».
También ha declarado una vecina de la calle que escuchó los gritos en la puerta del domicilio del acusado cuando paseaba a su perro y que posteriormente vio a J.C.N.R tambalearse por la calle y que al pasar al lado del domicilio del agredido escuchó gritos y pensó que era una discusión del matrimonio, por lo que no lo relacionó con las voces que había escuchado previamente, hasta que llegó la Policía y vio la sangre en la puerta de su casa, ha añadido.
Los peritos forenses han detallado que las lesiones se pudieron producir con un «objeto de peso importante y probablemente con un filo o borde contundente» y por tanto el «hundimiento en la zona del cráneo y la lesiones producidas con esa fuerza podrían ser mortales sin un tratamiento adecuado», han concluido.