El hombre acusado de atropellar a siete personas, dos de las cuales fallecieron, en la pedanía de Las Minas (Hellín), ha dicho que no recuerda qué pasó, porque ha asegurado que perdió el conocimiento y solo lo recuperó momentos después, sin saber qué había ocurrido. Esta ha sido la declaración del procesado, T.G.G. al inicio del juicio que ha comenzado hoy jueves en el juzgado Penal número 3 de Albacete y en el que está acusado de dos delitos de homicidio por imprudencia y cinco delitos de lesiones por imprudencia.
La versión ofrecida por el acusado concuerda con la hipótesis de la Guardia Civil, ya que el hombre es diabético y dio negativo en el control de alcoholemia.
El atropello ocurrió el 30 de julio de 2005, en la pedanía de Las Minas que celebraba sus fiestas, cuando el hombre entró en la calle Mayor, que estaba cortada, y atropelló a siete personas.
Un hombre de 66 años murió en el acto y un niño de ocho falleció tres días después a consecuencia de las heridas.
El acusado, que ahora tiene 67 años, ha explicado que es diabético, que en esa época «a veces tomaba la medicación» y aunque no sabe lo que pasó, ha dicho que quizás le «bajó la azúcar», porque se quedó «en blanco, mareado».
El hombre atropelló a los siete peatones en una calle que estaba cortada por vallas y una señal, aunque él ha dicho que «no había ninguna valla», y que en un principio entró y aparcó porque iba a comer con unos amigos, para después volver a subirse al coche por razones que no sabe, y fue entonces cuando ocurrieron los atropellos.
Tras el accidente, el hombre detuvo su coche al final de la calle, aunque emprendió la huida, según él, porque se asustó al ver que «venía gente dando voces y que tenía un espejo roto», pero que no supo qué ocurrió exactamente hasta «por la tarde, a las siete o las ocho, en el hospital».
Ha dicho que está arrepentido de lo que pasó: «No duermo y estoy nervioso», dijo, aunque a preguntas de uno de los abogados ha dicho que no ha trasladado ninguna disculpa ni ha hecho llegar ningún mensaje de perdón a los padres del niño fallecido.
Los agentes de la Guardia Civil que hicieron el atestado han reafirmado que la hipótesis de que sufriera una pérdida de consciencia por la enfermedad que padecía es la más posible, «porque se descartó la alcoholemia, que era lo que parecía, y la otra hipótesis es que fuera un atropello intencionado».
Los agentes han dicho que en un tramo de calle como el que sucedieron los atropellos, y por los daños de los coches y las marcas dejadas en los heridos, «la velocidad debía ser reducida», aunque los testigos han asegurado que el coche sí iba deprisa y haciendo eses.
Entre las víctimas que han declarado estaban las dos niñas que fueron atropelladas en primer lugar, que han dicho que «el coche iba muy rápido, de un lado a otro», y que maniobró para no chocar contra un muro, yéndose al lado contrario de la calle y atropellando al hombre de 66 años que falleció.
Muy cerca, más adelante, atropelló al niño de ocho años que murió tres días después a consecuencia de las heridas.
También han declarado dos mujeres que fueron arrolladas en último lugar, una de las cuales salió «volando y cayó de cabeza», y han dicho que vieron llegar el coche y salieron corriendo, pero las «pilló».
Después de los atropellos y tras salir del lugar con su coche, el procesado tomó un camino donde acabó chocando contra un árbol a casi cuatro kilómetros de la pedanía, donde fue alcanzado por varios vecinos que lo llevaron al hospital.
Han quedado resueltas las indemnizaciones económicas que la compañía aseguradora del vehículo de T.G.G. pagará a las víctimas, de forma que el juicio continuará mañana viernes con la vista de las pruebas periciales.
El fiscal solicita en principio una pena de cuatro años de cárcel para T.G.G., por dos delitos de homicidio por imprudencia y cinco delitos de lesiones por imprudencia, además de seis años sin derecho a conducir.
El juicio continuará mañana viernes a las 10 horas en el mismo juzgado Penal 3 de Albacete, en la segunda y última sesión.