El hombre acusado de matar a un compatriota marroquí en Añover de Tajo por salvar su «honor» porque su mujer tuvo un hijo con la víctima, comunicó a la Guardia Civil que también tenía la intención de acabar con la vida de la esposa, aunque ésta «se había librado» por encontrarse en Marruecos.
El hombre acusado de matar a un compatriota marroquí en Añover de Tajo por salvar su «honor» porque su mujer tuvo un hijo con la víctima, comunicó a la Guardia Civil que también tenía la intención de acabar con la vida de la esposa, aunque ésta «se había librado» por encontrarse en Marruecos.
Así lo han puesto hoy de manifiesto en la segunda sesión del juicio con jurado que se sigue en la Audiencia de Toledo los agentes de la patrulla que le detuvieron en la carretera entre Añover de Tajo y Villaseca cuando huía en su vehículo tras cometer el crimen.
Los agentes que han declarado como testigos también han indicado que el acusado les confesó que «había matado a su vecino», que estaba «liado» con su mujer, que también «iba a ir por ella», pero que ésta «se había librado» al encontrarse fuera del pueblo.
Además, y según los guardias civiles, cuando le interceptaron mientras huía por la citada carretera el acusado no dejaba de preguntarles si el herido estaba muerto y que cuando ya supo que había fallecido hizo un gesto de «alivio» y de «alegría» por saber que había logrado su objetivo.
Antes de que mañana miércoles se reúna el jurado para deliberar sobre el caso y haciendo uso del derecho a la última palabra que le concede la ley, el procesado ha insistido hoy en la relación sentimental que tenía su mujer con el fallecido y que le ha «destrozado la vida».
«Me van a condenar, pero, esto no va a quedar aquí. Voy a contratar a un abogado más adelante para que hagan las pruebas del ADN» del supuesto hijo de siete años que según el inculpado tuvo su mujer con la víctima, Omar S., de 27 años.
Esta supuesta relación ha sido negada por la esposa del acusado, E.K.H., de 44 años, que ha declarado por videoconferencia y con la ayuda de un intérprete, que la relación que tenía con Omar era de vecindad y que no tenía constancia de que hubiera habido algún incidente entre su esposo y el fallecido.
«DUDA DE TODO EL MUNDO»
La testigo ha señalado que su marido, de 62 años, «duda de todo el mundo», que la «regañaba» cuando saludaba a alguien y también la «pegaba», por lo que la convivencia «no era fácil» y que le había prohibido pasar a ver a su vecina, esposa del hermano de la víctima.
Los forenses han precisado que el cadáver de Omar, que fue hallado tendido en el suelo boca arriba con un gran cuchillo clavado en el estómago, presentaba 11 puñaladas, cuatro de ellas por la espalda y que algunas le afectaron a órganos vitales como la arteria aorta, el hígado, el esófago y el pulmón, por lo que murió desangrado antes de que llegaran los servicios sanitarios.
En sus conclusiones definitivas, el fiscal ha mantenido su petición de 17 años de cárcel por asesinato con alevosía, porque Ben Khalifa atacó a la víctima por la espalda, sin mediar palabra y sin dar ninguna posibilidad para que Omar se defendiera.
La fiscal de caso ha dicho al jurado que la justificación que ha dado el inculpado para matar a su vecino, la de «salvar su honor», «no es válida éticamente ni tampoco desde el punto de vista legal».
Por su parte, la defensa del acusado, que ejerce de oficio Ricardo Sánchez de los Reyes-Gavilán ha calificado los hechos como homicidio con las atenuantes de arrebato y obcecación y confesión y ha pedido ocho años de cárcel.
Los hechos sobre los que tendrá que pronunciarse el jurado ocurrieron sobre las ocho de la tarde del 1 de septiembre de 2012 cuando la víctima se encontraba charlando en la calle Hermanos Pinzón y el procesado asestó las primeras puñaladas por la espalda a la víctima, que logró huir 50 metros hasta refugiarse en el patio de una vivienda cercana, donde le propinó más puñaladas, hasta 11 en total.
Después, el acusado se fumó un cigarrillo aparentemente tranquilo y huyó en su vehículo hasta Mocejón para sacar 600 euros de un cajero, siendo detenido en la carretera entre Añover y Villaseca, donde en una curva cerrada fue interceptado por la Guardia civil, a la que no obedeció en el primer alto que le dieron los agentes.