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Dice que salieron del bar a fumarse un "chino" 27/01/2014junio 9th, 2017

El acusado del crimen del bar ‘Nelly’ de Talavera de la Reina (Toledo), Jesús H.I., de 37 años, se ha vuelto a declarar inocente y solo ha respondido a las preguntas de su abogado en una declaración que ha levantado las protestas de la familia de la víctima, Jesús Robles.
Durante la primera sesión del nuevo juicio con jurado que se repite por orden del Tribunal Supremo después de que en 2011 Jesús fuera declarado inocente, el acusado, tal y como ya ocurriera en el primer juicio, se ha negado a responder a las preguntas del fiscal y de la acusación particular.
El inculpado, de raza gitana y en libertad, ha insistido en que desconocía que su tío tuviera una pistola y que si se ausentaron del bar no fue para buscar las armas, sino para fumarse un «chino», un cigarro con cocaína.

Durante su declaración, el acusado se ha referido a la víctima en varias ocasiones como a «este pobre hombre» o a «esta persona, que en paz descanse», a lo que un sobrino del fallecido le ha respondido desde los bancos del público con un «¡no tienes vergüenza!».


Por ello, el presidente magistrado del tribunal del jurado y presidente de la Audiencia Provincial, Manuel Gutiérrez, le expulsó de la sala por «alterar el orden» y le advirtió de que iba a ser sancionado con 100 euros por alterar el orden en la sala, lo que también motivo la queja de otro familiar del expulsado, que dijo en voz alta que «está claro que (el acusado) está mintiendo».

Aunque los disparos que acabaron con la vida de Jesús Robles fueron efectuados por Juan Heredia (que murió de un infarto en la cárcel antes del primer juicio) tanto el fiscal como la acusación particular insisten en que ambos actuaron de común acuerdo y fueron a buscar las armas (un puñal, una navaja cabritera y una pistola) con la intención de acabar con la vida de Jesús.

El inculpado, de raza gitana y en libertad, ha negado estas acusaciones y ha insistido en que desconocía que su tío tuviera una pistola y que si se ausentaron del bar no fue para buscar las armas, sino para fumarse un «chino», un cigarro con cocaína.

También ha dicho que fue la víctima quien provocó el altercado mortal cuando le recriminó que se dirigiera a ellos en el bar como «primos», lo que el acusado interpretó de forma ofensiva y porque el fallecido «se cagó en mis muertos», por lo que le propinó «un bofetón».

A continuación, según el relato del acusado, la víctima cogió una banqueta del bar mientras él esgrimía un puñal para asustarle, aunque la bronca no llegó a mayores porque se interpusieron varias personas, entre ellas el hijo de la dueña del bar, sin que pasara «absolutamente nada».

Después, «por desgracia», ha dicho el acusado, oyó un disparo y fue cuando vio a su tío «disparando a este pobre hombre sin motivo», tras lo cual huyeron», él por miedo a la reacción de la víctima y de las personas que estaban con él, porque podían llevar una «bomba», y también por miedo a su propio tío.

Del tío, el acusado ha dicho que cuando los policías fueron a detenerles impidió que disparara a uno de los agentes, al que no llegó a dar al interponer el brazo.

El fiscal solicita para Jesús H.I. 20 años por un delito de asesinato y tres por tenencia ilícita de armas, pena que la acusación eleva a un total de 28, 25 por asesinato y tres por tenencia ilícita de armas, y como alternativa plantea al jurado que considere al acusado como cómplice de asesinato por el que pide 15 años de cárcel y casi dos años por tenencia de armas.

La defensa insiste en que su patrocinado es inocente y pidió que se suspendiera el juicio por haber recurrido en amparo ante el Tribunal Constitucional la decisión del Supremo, a lo que se ha negado el magistrado presidente tras escuchar a las partes, porque el TC no se ha pronunciado sobre si admite o no a trámite el recurso y porque en todo caso debe ser el Constitucional quien diga si se debe o no suspender.

También se ha rechazado la petición de la defensa, ejercida por el abogado Jaime Sanz de Bremond, de que se admitieran varios testigos, familiares del acusado, así como el primer abogado que les asistió cuando fueron detenidos, Marcos García Montes, al estar afectado por el secreto del sumario.

El juicio seguirá mañana con la declaración de los testigos.

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