El joven acusado de agredir y amenazar en Albacete a su expareja, una menor de edad, ha reconocido que le pegó y envió mensajes con amenazas de muerte a la chica, con la que quería reanudar la relación, pero ha negado que la retuviera en su casa a la fuerza durante una noche, en contra de lo que sostiene el fiscal. El inculpado ha declarado en la sección segunda de la Audiencia de Albacete Provincial, donde ha dicho que es cierto que el 29 de agosto del año pasado envió mensajes por WhatsApp con amenazas de muerte e insultos, instando a la menor a que retomaran la relación, un delito por el que la fiscalía mantiene la petición de un año de prisión.
Asimismo, ha reconocido que pocos días después, el 4 de septiembre, agredió a su expareja en un descampado cercano al centro comercial Imaginalia, aunque ese día habían quedado en verse y estaban yendo a cenar juntos.
«De camino le pedí el móvil para mirar sus cosas, no me lo quiso dejar y le pegué», ha explicado el acusado, para quien la fiscalía pide otro año de prisión por este delito.
Después de propinarle varios golpes y cabezazos, ambos, agresor y víctima, se fueron hacia el domicilio del procesado, «pero, ella vino voluntariamente», y allí pasó la noche hasta que por la mañana regresó a su casa.
La víctima ha declarado que se quedó en casa del agresor después de haberle calmado «para que no me matara» dijo, y que, incluso, le dijo que lo quería mucho, aunque al día siguiente lo denunció.
Sobre si estuvo retenida a la fuerza en casa del agresor, la adolescente ha dicho que no estuvo encerrada, pero, que «tenía miedo» por la reacción que iban a tener sus padres si llegaba con heridas y signos de haber sido agredida.
El fiscal pide un total de cinco años y medio de prisión por los delitos de detención ilegal, amenazas y agresión, mientras que la acusación particular ha retirado los cargos por la retención y pide solo 91 días de trabajos en beneficio a la comunidad por las amenazas y lesiones, además de alejamiento y privación de comunicación.