El hombre de 44 años que en la noche del miércoles causó múltiples destrozos con un hacha en Cuenca y que tuvo que ser reducido con un disparo en la pierna tenía adjudicada una vivienda social por sus «necesidades especiales» y, según algunos de sus vecinos, tenía una delicada situación psicológica.
Fuentes del Ayuntamiento de Cuenca han confirmado que el hombre, identificado como J.G.B., natural de Cuenca y sobre el que no consta que tenga antecedentes policiales según la Subdelegación del Gobierno, tiene asignada desde hace «muchos años» una vivienda social.
Estas fuentes han añadido que el Ayuntamiento no prestaba ningún tipo de cuidado regular al detenido, pues los servicios municipales no prestan atención médica ni psicológica.
En este sentido, algunos vecinos han explicado que el detenido sufría «depresiones» y estaba «en tratamiento psicológico», al tiempo que han especulado con la posibilidad de que mezcló «alguna bebida con las pastillas que tomaba».
Otro vecino consultado ha expresado su sorpresa por lo ocurrido y ha destacado que «es la primera vez» que se da un suceso de estas características en una ciudad «muy tranquila».
El subdelegado del Gobierno en Cuenca, Ángel Mariscal, ha eludido precisar si el detenido sufre alguna enfermedad mental o estaba bajo la influencia de alguna sustancia.
Por su parte, fuentes del Servicio de Salud de Castilla-La Mancha (Sescam) han indicado que el presunto autor de estos hechos se encuentra en observación en el Hospital «Virgen de la Luz» de Cuenca y en las próximas horas pasará a planta.
Al detenido, al que los policías tuvieron que disparar en una pierna para reducirle, se le imputan delitos de «daños, atentado, resistencia y desobediencia a la autoridad».