La muerte del animal se debió producir, tal y como denuncia Ecologistas en Acción, hace varias semanas, «por el estado y la ubicación de los restos localizados, aunque se tendrán que realizar las correspondientes analíticas para concretar la causa de la muerte». Aunque todo indica que el águila perdicera hallada en El Carpio de Tajo (Toledo) falleció electrocutada.
Una especie «que está en peligro de extinción y de la que apenas quedan 10 parejas en la provincia de Toledo y 85 en Castilla-La Mancha, mientras se demora injustificadamente el Plan de Recuperación, que sigue bloqueado». El águila perdicera lo halló un miembro de Ecologistas bajo un apoyo «perteneciente a una línea eléctrica de media tensión asociada a un sistema de regadío».
Ecologistas entiende que las circunstancias que se han dado en este caso «son de especial gravedad debido a que se ha visto afectado un animal subadulto que en estos mismos momentos debiera estar empezando con los habituales protocolos encaminados a la reproducción probablemente en zonas próximas al lugar del hallazgo».
Por ello solicitan a la Consejería de Agricultura «que aplique el máximo interés en tratar este caso y en informar del resultado de la necropsia y analíticas que se realicen, así como de las actuaciones que vaya a llevar a cabo para corregir el tendido eléctrico».