A final el tapado era… ¡El chatarrero! Porque, según la Policía Nacional, planificaba los golpes, elegía los objetivos y al personal, según los casos, para cometer los delitos de los que se le acusan. Al final los agentes de Talavera consiguieron desarticular el grupo, que estaba especializado en los robos con fuerza en naves industriales.
Todo comenzó a mediados de enero, cuando la Policía tramitó una denuncia por el robo con fuerza en una nave industrial cerrada en la que había material de metálico y de ferralla. Y ya que estaban allí, pues los autores se llevaron, para qué desaprovechar el tiempo pensarían, dos camiones de gran tonelaje, con grúa incorporada, que estaban aparcados en el recinto de la empresa.
Tras identificar a los autores, llegaron hasta el cerebro, que no era otro que el chatarrero, quien no participaba directamente en los robos, pero sí elegía los objetivos y el personal necesario para llevar a cabo los delitos. Y aprovechaba la chatarrería para recibir lo robado. Para entrar en las naves lo que hacían era romper el candado de la puerta de entrada y durante varias noches, aprovechando que la empresa estaba cerrada y no había actividad durante semanas, cortaban y preparaban el material.
Robaban vigas metálicas de gran tonelaje y dimensiones que, días más tarde, su dueño reconoció. Y como no se cortaban en nada, pues también alquilaban furgonetas para transportar los efectos robados, además de utilizar vehículos sustraídos. De ahí que la Policía detuviera a tres personas y no se descartan más detenciones por el mismo motivo en los próximos días.