El juez ha impuesto una condena de 15 años de prisión al profesor talaverano Guillermo L.G.H., de 56 años, al que un jurado popular consideró culpable de tres delitos de homicidio al causar la muerte de tres personas en un accidente de tráfico que provocó cuando conducía ebrio en sentido contrario.
Así lo ha indicado a Efe Ángel Peralta, el padre del niño que falleció junto a sus abuelos maternos a consecuencia del choque que se produjo entre vehículo en el que viajaban con el que conducía el condenado, cuando circulaban por la autovía A-5 a la altura del término municipal de Maqueda (Toledo).
Un jurado popular consideró la pasada semana que Guillermo L.G.H. es culpable de tres delitos de homicidio, por los que tenía que ser condenado a una pena de entre 12,5 años y 15 años de prisión.
Finalmente, el juez que presidió el jurado ha impuesto al procesado la pena de 15 años de prisión, ha indicado Ángel Peralta, que ha expresado su satisfacción por la condena.
Ángel Peralta ha considerado que, aunque no le va a devolver la vida de su hijo y de sus suegros, la sentencia demuestra que lo ocurrido «no fue un accidente» y que el conductor kamikaze «era consciente de que ponía en riesgo la vida de mucha gente».
Asimismo, ha dicho que espera que tanto el veredicto del jurado como la pena impuesta a Guillermo L.G.H. sean un precedente para que en España «no sea tan barato matar con un coche».
El jurado decidió, por mayoría de siete votos a favor y dos en contra, que el acusado era «consciente» del peligro que para las personas conllevaba su actuación cuando cogió el coche con una tasa de alcohol en sangre casi cinco veces superior a la permitida y «persistió» en su actitud a pesar de las «indicaciones que le hicieron otros conductores».
Por su parte, el abogado de la defensa, Alejandro Bermúdez, anunció la pasada que recurriría la sentencia, ya que estima que su cliente es culpable de un delito de homicidio imprudente, que se castiga con un máximo de cuatro años de prisión.
Los hechos ocurrieron a las 20.30 horas del 3 de julio de 2007 a la altura del kilómetro 73,800 de la A-5 (Madrid-Badajoz), cuando Guillermo condujo su ford Mondeo durante diez kilómetros en sentido contrario hasta que chocó con un Ford Laguna en el que viajaban el niño de tres años Miguel Ángel Peralta y sus abuelos maternos Santiago Navarro y Milagros Buitrago, de 68 y 67 años, respectivamente, que murieron en el acto.