Eran las 10.30 horas del domingo 27 y todo estaba preparado para que el rally «Subida al Parador», en Toledo, comenzara por la carretera del Valle. Ya desde primera hora la Policía Local de la capital regional había dispuesto el servicio correspondiente para cubrir y asegurar los cortes de tráfico necesarios para que la prueba se desarrollara sin incidentes ni imprevistos. De ahí que los cortes totales se realizaran a las ocho y media de la mañana, aunque la prueba tuviera lugar dos horas después.
Y fue justo en ese momento cuando se detectó que había un galgo suelto por el recorrido. Y a pesar de los diversos intentos, el animal no se dejó atrapar por lo que, al final, los organizadores decidieron que la prueba comenzaría según el horario previsto, pero siempre bajo su responsabilidad en el caso de que pudiera ocurrir algún tipo de accidente y provocado por la presencia del animal.
Por fortuna, y a pesar de que el galgo los volvió locos a todos durante unos minutos, una vez que comenzó la prueba el animal se asustó con el ruido de los motores y se fue del lugar. Por lo que ni los organizadores ni los agentes tuvieron que volver a preocuparse de lo que podría haber sido un problema no esperado.