Salvó la vida a un hombre en Manzaneque (Toledo) y la emoción del instante quedó reflejada en la entrevista que le hizo la periodista Juncal Roldán en la cadena SER de la capital regional. Hablamos de David Tórtola, un vecino de la localidad que no dudó ni un instante en entrar en la casa de un vecino y salvarle la vida cuando el interior de la vivienda era pasto de las llamas.
David, en la entrevista que le hicieron en la SER, quería quitarse protagonismo, pero es un auténtico héroe. Así lo relataba él: «Todos los vecinos colaboramos, yo entré porque alguien tenía que entrar, en estos momentos no tengo trabajo y estaba en una parcelita que tengo al lado de la casa que se incendió».
Y horas después recurría a la ironía: «Fue la crisis lo que le salvó al señor, pero todos colaboramos, hubo vecinos que arrancaron ventanas, otros estaban con extintores…».
El incendio se produjo en la calle Aljibe y un hombre, que en esos momentos se encontraba solo en el interior, se quedó atrapado al no poder salir. Fue su padre a buscarle y le contó lo que pasaba. David, en ese momento, no se lo pensó y hasta la casa de su vecino que se fue: «Vi a mis amigos intentando romper la verja, por lo que intenté entrar. Pero el humo provocó que se me bloquearan los pulmones».
Por lo que decidió volver a su parcela para recoger una vieja mascarilla «que utilizo para cortar ladrillos; y cuando llegué de nuevo ya habían arrancado la verja y pasé sin pensármelo».
Tórtola indicó que lo que vivió dentro de la casa «fue lo más parecido al infierno que he visto. Tuve que ir a gatas, por el suelo, habitación por habitación, hasta que palpé algo que resultó ser la tripa de este señor. Luego busqué su cabeza y vi que tenía los ojos abiertos y que los movía. Estaba vivo, por lo que a partir de ahí le saqué a rastras como pude».
Justo antes de entrar «me empaparon de agua. Nada más entrar en la primera habitación me vino un fogonazo y mucho humo, por lo que tuve que salir, coger aire y volver a entrar». Pero esta vez lo intentó por la puerta principal, «se me caían trozos de algo encima, vi un escalón y se nos caía el techo encima, aunque luego comprobamos que era la cerámica de las paredes que estallaban por el calor».
Horas después, David recordaba los momentos cruciales, «gracias a que le toqué en el suelo, porque no conozco la casa, estaba a oscuras, llena de humo, pero le localizé».
Tras salir de la casa comprobó que tenía el pelo y las pestañas un poco chamuscadas, «estaban mi sobrino y mi padre fuera con la emoción del momento». Horas más tarde se interesó por la persona a la que había salvado la vida, aunque él insistiera que fue una labor conjunta de todos los vecinos que se encontraban allí, «y me han dicho que está bien, que su situación es estable».