El humo del incendio declarado anoche en el cementerio de neumáticos de Seseña (Toledo) es «muy dañino» para la salud, porque la carbonilla (hollín) contiene compuestos «altamente cancerígenos», según el investigador Joan Grimalt, del Instituto de Diagnóstico Ambiental y Estudios del Agua (CSIC).
Por otro lado, Amigos de la Tierra y Ecologistas en Acción han advertido hoy de «la grave contaminación atmosférica que está causando el incendio del cementerio de neumáticos de Seseña (Toledo), y han coincidido en denunciar una pésima gestión de la Administración desde hace muchos años».
«No es bueno respirar la carbonilla porque tiene cantidades importantes de hidrocarburos aromáticos policíclicos», un compuesto orgánico que se encuentra en el petróleo, el carbón y en depósitos de alquitrán.
Dentro de estos hidrocarburos, hay algunos que son altamente cancerígenos como el benzopireno que se forma en la combustión de cualquier materia orgánica, ha añadido el profesor del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).
Si además, como ocurre en este caso, hay una combustión en malas condiciones, es decir, a temperatura baja, con falta de oxígeno, «se genera mucha carbonilla, mucha mayor cantidad».
Según Grimalt, la recomendación primordial para la población es mantenerse alejado del incendio y cerrar las ventanas del domicilio.
Una vez extinguido el incendio será «prioritario» desarrollar un estudio de los compuestos que se han quedado depositados en la zona afectada, en especial de los más dañinos.
En segundo lugar, hay que acometer la limpieza de la zona, ha dicho el profesor de investigación, en cuya opinión la envergadura del suceso hace conveniente la implicación de la Administración central, además de las dos comunidades autónomas concernidas (Castilla-La Mancha y Madrid).
Hay que estudiar la cantidad de compuestos cancerígenos y otros que «han quedado esparcidos por la zona, en qué concentraciones, si son altas o no».
Además, son compuestos que no van a desaparecer «de la noche a la mañana», la zona «quedará contaminada» y en la atmósfera se irán desperdigando en función de las condiciones meteorológicas.
Pueden durar «hasta un año en la capa atmosférica y llegar hasta donde sea», ha apuntado Grimalt, que ha añadido que no preocupa tanto que se filtren a la capa freática como que el polvo se quede depositado en el suelo.
Aunque es una ventaja que la población no habite muy cerca del cementerio de neumáticos, resulta «prioritaria» la ejecución de las labores de limpieza de las áreas afectadas.
LOS ECOLOGISTAS DENUNCIAN «UNA PÉSIMA GESTIÓN DESDE HACE AÑOS»
Por otro lado, Amigos de la Tierra y Ecologistas en Acción han advertido hoy de «la grave contaminación atmosférica que está causando el incendio del cementerio de neumáticos de Seseña (Toledo), y han coincidido en denunciar una pésima gestión de la Administración desde hace muchos años».
Añaden que «el vertedero ha sufrido un abandono de años, acumulando a cielo abierto estos recursos de caucho en lugar de establecer medidas para su reciclaje», explica un comunicado de Amigos de la Tierra.
Desde 2002, «la Administración ha seguido amontonando los neumáticos en la zona sin tener en cuenta las continuas advertencias de los riesgos ambientales, lo que ha hecho que sea el mayor cementerio de neumáticos de Europa«, añade la ONG.
Pese a «la declaración de ilegalidad de la empresa gestora ya desde 2003, con múltiples expedientes abiertos, no ha sido hasta 2014 cuando las administraciones elaboraron un plan de reciclaje de los neumáticos y, sin embargo, hasta hoy no había dado soluciones adecuadas, debido al enorme volumen de neumáticos».
La contaminación que está provocando el incendio es «muy grave» y afecta a los vecinos de la zona, subraya Amigos de la Tierra.
Los neumáticos contienen más de 200 compuestos químicos diferentes, principalmente caucho natural, caucho sintéticos, pero también cuentan con agentes químicos como azufre, óxido de zinc o cadmio.
«Es un claro ejemplo de los riesgos asociados a una mala gestión de los residuos», opina Alodia Pérez, responsable de residuos y recursos naturales de Amigos de la Tierra, que recuerda que «la ciudadanía ya ha pagado una tasa de reciclaje cuando compró sus neumáticos por lo que es muy reprochable que la Administración no haya tomado cartas en el asunto mucho antes, evitando la tragedia».
Por su parte, Ecologistas en Acción recuerda que lleva alertando desde 2011 de los graves riesgos ambientales y para la salud de este vertedero, situado entre Seseña (Toledo) y Valdemoro (Madrid).
Coincide con Amigos de la Tierra en que los problemas de contaminación del aire que causa un fuego de estas características son «gravísimos».
Entre las sustancias que se emiten a la atmósfera se encuentran, según la Agencia de Medio Ambiente de EEUU, compuestos peligrosos como los hidrocarburos aromáticos policíclicos, los cancerígenos benceno y benzoapirenos, dioxinas, furanos y metales pesados.
«No es de extrañar, por tanto, que esta agencia recomiende que, ante un incendio de neumáticos, cualquier área expuesta a la columna de humo o sujeta a exposición por vientos cambiantes debería ser evacuada como medida de precaución».
Asimismo, el agua usada en la extinción del fuego arrastra los aceites y sustancias que liberan los neumáticos al quemarse, contaminando los cursos de agua con sustancias peligrosas, añaden.
LA NUBE TÓXICA PUEDE PROVOCAR DESDE IRRITACIONES A NEUMONÍA, SEGÚN UNA NEUMÓLOGA
La nube tóxica que se ha generado por el incendio de un cementerio de neumáticos situado entre Seseña (Toledo) y Valdemoro (Madrid) puede provocar irritación de las mucosas -en ojos, garganta, nariz, etc- pero también neumonía química siempre que se inhale humo en grandes cantidades.
Lo ha explicado, en declaraciones a Efe, la neumóloga Carmen Diego de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (Separ), quien ha recomendado a las personas que residan cerca de la zona del incendio que permanezcan en sus casas y no abran las ventanas, para evitar inhalar el humo.
Este tipo de humos con sustancias químicas, explica la neumóloga, provocados por la combustión del caucho ejercen una acción irritativa de las mucosas lo que puede conllevar molestias como afonía, lagrimeo, picor de ojos o de garganta, entre otros.
También puede causar problemas de salud graves pero sobre todo en las personas que trabajan en la extinción de ese incendio o que se encuentran extremadamente cerca. Se trataría de irritación en los bronquios creando cuadros de bronquitis e incluso una inflamación de los pulmones que derive en neumonía.
Esta neumonía, matiza la experta -quien coordinada el área del área de enfermedades respiratorias de origen laboral y medioambiental de la Separ- , no es la que «entendemos normalmente» provocada por una infección, sería química causada por la nube tóxica.
«Los vecinos que no tengan problemas de salud no deberían tener consecuencias graves salvo esas molestias en las mucosas», afirma Diego, que si apunta que los niños, por tener un sistema respiratorio más inmaduro, las personas mayores o los que tengan problemas respiratorios crónicos son más susceptibles a esta nube tóxica.
La experta apunta que dentro de casa llevar mascarilla «es una medida totalmente inútil».
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