Un jurado popular ha considerado que el profesor talaverano Guillermo L.G.H., de 56 años, es culpable de tres delitos de homicidio al causar la muerte de tres personas en un accidente de tráfico que provocó cuando conducía ebrio en sentido contrario por la autovía A-5, a la altura de Maqueda, por lo que será condenado a una pena de entre 12,5 años y 15 años de prisión. Tras más de dos horas de deliberación, el jurado ha decidido por mayoría de siete votos a favor y dos en contra que el acusado era «consciente» del peligro que para las personas conllevaba su actuación cuando cogió el coche con una tasa de alcohol en sangre casi cinco veces superior a la permitida y «persistió» en su actitud a pesar de las «indicaciones que le hicieron otros conductores».
Por tanto, el jurado popular se ha inclinado porque se aplique el delito propuesto por la fiscalía y la acusación particular que calificaron los hechos como un delito de «conducción temeraria con consciente desprecio para la vida de los demás en concurso con tres delitos de homicidio» por la muerte de un niño de tres años y sus abuelos.
Tras la lectura del veredicto, las acusaciones han pedido al presidente magistrado del jurado, Juan Manuel de la Cruz, que al profesor kamikaze se le imponga la pena máxima para este tipo de delitos, que va desde los 12 años y medio a los 15 años de cárcel por la «gravedad» de los sucedido, ya que condujo en sentido contrario durante 10 kilómetros con una tasa de alcohol de 2,46 gramos por litro de sangre.
El veredicto no ha gustado al abogado de la defensa, Alejandro Bermúdez, quien ha anunciado que recurrirá la sentencia que se emita dentro de unos días, ya que estima que su cliente es culpable de un delito de homicidio imprudente, que se castiga con un máximo de cuatro años de prisión.
Los hechos ocurrieron a las 20:30 horas del 3 de julio de 2007 a la altura del kilómetro 73,800 de la A-5 (Madrid-Badajoz), en el término de Maqueda (Toledo), cuando Guillermo condujo su ford Mondeo durante diez kilómetros en sentido contrario hasta que chocó con un Ford Laguna en el que viajaban el niño de tres años Miguel Ángel Peralta y sus abuelos maternos Santiago Navarro y Milagros Buitrago, de 68 y 67 años, respectivamente, que murieron en el acto.
El padre del menor fallecido, Ángel Peralta, ha dicho a los periodistas que el veredicto es «perfecto», ya que al menos el acusado estará unos años fuera de la carretera y se evitará así que esto vuelva a ocurrir, ya que no se podrá devolver la vida a su hijo y a sus suegros.
Durante el juicio, el inculpado, que pidió «perdón» a la familia de las víctimas, señaló que no recordaba nada de los sucedido y que «ni siquiera sintió el golpe».