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viernes, 22 de noviembre de 2024
La Guardia Civil ha detenido a 13 personas en la operación Laya, en la que ha caído la cúpula de Blood.
Foto de archivo de una detención de la Guardia Civil.
14 detenidos por la Guardia Civil - 20 octubre 2021 - Toledo

Tenían todo preparado para matar a su objetivo. El plan, diseñado desde Barcelona por el «suprema», o sea el jefe, lo iban a ejecutar los «soldados» del «escuadrón de la muerte» en Madrid, pero la Guardia Civil lo frustró en una operación que ha dejado descabezada a la banda latina Blood, caracterizada por su extrema violencia, y que también estaba implantada en Castilla-La Mancha, sobre todo en la provincia de Toledo.

Caen los principales «bloques» de Blood

Y no solo eso. La operación, que ha durado diez meses, ha supuesto la desarticulación de los principales «bloques» o «sets» de la banda: el del Norte, ubicado en Gipuzkoa, Álava y Navarra y controlado desde Irún; el de Barcelona y el de Madrid.


La Dirección General de la Guardia Civil ha dado cuenta este miércoles de los detalles de la operación Laya, que se ha saldado con catorce detenidos, entre ellos los dirigentes, con edades comprendidas entre los 18 y los 34 años.

Once de ellos están en prisión por orden judicial, a los que hay que sumar uno de los arrestados, que ya estaba en la cárcel desde una semana antes por delitos que había cometido en un fin de semana anterior.

Aunque se asentó en España a mediados de 2002, controlada por dominicanos fundamentalmente, fue en 2009 cuando la Guardia Civil asestó el primer golpe a los Blood (sangre) en Torrevieja (Alicante), también en una operación con trece detenidos.

En el Corredor del Henares y Toledo

Desde entonces, ha seguido investigando a este grupo, que, como el resto de las bandas latinas, se ha ido instalando en una parte importante de la geografía, pero especialmente en las comunidades de Cataluña, Madrid (más implantada en el Corredor del Henares), País Vasco, Castilla-La Mancha (en Toledo, sobre todo) y, aunque menos, la Comunidad Valenciana, sin dejar de intentarlo en otras, como Aragón.

Como han indicado a Efe fuentes de la investigación, esta banda se caracteriza por su extrema violencia, hasta el punto de que utilizan machetes para infligir el mayor daño posible a sus víctimas.

No solo de origen latino

Y, como está ocurriendo en otras bandas latinas «enemigas», ya sus miembros no son todos de origen latino. Ahora ya se reclutan de otras nacionalidades, como magrebíes y de países del Este de Europa, pero cada vez más de españoles.

Además, recurren a menores de edad. Dada su posición de inferioridad en la jerarquía, son inducidos por los miembros de mayor rango a abandonar a sus familias y a cometer delitos como medio de financiación y para alcanzar un mayor estatus en la banda.

También reclutan a chicas (casi siempre de nacionalidad española), a las que, incluso, agreden sexualmente.

Robos con violencia e intimidación a personas o establecimientos, reyertas, tráfico de drogas, asesinato en grado de tentativa, tenencia ilícita de armas… son algunos de los delitos que se les imputa a los detenidos en esta operación.

Un asesinato frustrado

La labor de inteligencia del Servicio de Información de la Guardia Civil en los últimos meses permitió descifrar la estructura de la banda en España y constatar que desde Barcelona se tomaban las decisiones.

Allí se asentó el «suprema», un hombre que ya contaba con antecedentes y que había estado en prisión condenado como autor intelectual de un asesinato.

El «suprema» fue quien encargó al «bloque» de Madrid que ejecutara un asesinato en esta ciudad. Además de recriminarles que no tuvieran armas de fuego, el jefe les dio un plazo muy corto para que lo perpetraran.

Tenían que asesinar porque sino serían las víctimas

Los agentes montaron un dispositivo para proteger al objetivo y lograron ubicar a los que iban a ser sus ejecutores, convencidos estos de que tenían que cometer el crimen porque de lo contrario, serían ellos las víctimas.

Finalmente, la Guardia Civil «abortó» el plan y detuvo a tres miembros del «set» madrileño.

Más de 20 «bloques» en España

No hay una cifra «oficial» de los miembros de la banda Blood en España, aunque podría hacerse de un cálculo aproximado. Podrían sumar 400 si cada uno de los más o menos 20 bloques reúne a una media de 20 integrantes. Pero solo son datos aproximados.

Esta banda nació en Los Ángeles, en California (EE.UU.), en los años 70. Sus miembros utilizan el color rojo, como símbolo de la sangre, en su indumentaria, aunque cuando van a cometer actos delictivos suelen recurrir al marrón, que para ellos representa la guerra, como señalan las fuentes consultadas.

Y visten ropa de la marca Calvin Klein solo por una razón «de peso» para ellos. Son las iniciales de su mayor enemigo, los Crips (la C) y de su objetivo, kill (la K): matarlos.

Aunque la Guardia Civil da por desarticulada la actual cúpula de los Blood en España, la investigación permanece abierta y no se descartan más detenciones.

En la operación Laya han participado, además del Servicio de Información, agentes de los GAR (Grupo de Acción Rápida), de los ARS (Agrupación de Reserva y Seguridad) y de las comandancias de Madrid, Barcelona, Álava y Gipuzkoa.

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