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Según la fiscalía 08/02/2012junio 14th, 2017

La Fiscalía considera que el móvil que llevó al acusado Manuel A.P.G, de 43 años, a incendiar, el 4 de febrero de 2011, la casa donde vivían su expareja y sus cuatro hijos en el barrio del Polígono de Toledo fue evitar que los menores siguieran viviendo en medio de la «inmundicia». Así lo ha puesto de manifiesto hoy la fiscal del caso en sus conclusiones definitivas en el juicio seguido en la Audiencia de Toledo contra Manuel, para quien el ministerio público mantiene su petición de 17 años de cárcel por los delitos de incendio con riesgo para la integridad.

La fiscal ha explicado que ante la negativa de la mujer denunciante, Gema R.L., a seguir la relación con Manuel y no poder recomponer la situación familiar, decidió «cortar por lo sano e incendió la casa».


Según el ministerio público, el acusado provocó el incendio, ocurrido la tarde del 4 de febrero del 2011, cuando tras salir de prisión (donde cumplía pena por tráfico de drogas) y acudir a la casa se le cayó «el mundo encima» al comprobar el estado de suciedad y de inmundicia que había.

La fiscalía ha insistido en su informe final en que a pesar de que no hay pruebas directas existen numerosos indicios de que lo hizo él, que se hizo con el único juego de llaves de la casa.

También ha destacado las «múltiples contradicciones» del acusado y de los testigos con los que supuestamente estuvo el inculpado a la hora del incendio en la barrio de Santa Bárbara, lo que considera una «coartada» de la defensa para exculpar a Manuel.

El supuesto móvil del incendio aludido por la fiscal ha sido rebatido por el acusado en su alegato final al afirmar que su «locura no llega a tanto» y que «no sería capaz, jamás, de hacer daño a sus hijos», todos menores que vivían en la calle Valdeyernos del Polígono en un bloque de viviendas sociales conocidas como ‘El Parchís’ por los colores de sus fachadas.

Los peritos policiales y de los bomberos que hoy prestaron declaración consideran que el incendio fue intencionado al tener dos focos de ignición, uno en el salón y otro en la cocina, y también han constatado que la vivienda acumulaba gran cantidad de basura, bolsas con ropa, mantas en la bañera y colchones apilados y que tampoco tenía suministro de luz.

La tesis de la acusación particular coincide con la del fiscal, aunque eleva la pena a 18 años, mientras que la defensa argumenta que los delitos «no están debidamente acreditados» y ha rebatido que haya habido «fisuras» en las distintas declaraciones hechas por el acusado, que se encontraba «en otro barrio» cuando ocurrió el incendio.

Además la defensa ha cuestionado la credibilidad de la mujer denunciante, por lo que la culpabilidad de Manuel «no se puede basar» sobre el testimonio de Gema y de su vecina, con la que tiene una relación de amistad, según ha argumentado la abogada de oficio de Manuel.

Por su parte, el abogado de la aseguradora del edificio afectado ha pedido una indemnización superior a los 9.600 euros por los desperfectos causados en el edificio, en el que no hubo víctimas.

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