Un dentista ha sido condenado a cuatro meses de cárcel e inhabilitación para ejercer su profesión durante dos años por dejar un trozo de aguja en la encía de un paciente.
El Juzgado de lo Penal número 1 de Albacete ha condenado al dentista a indemnizar con 82.019 euros al paciente, a quien iba a realizar un empaste cuando se le rompió la aguja con la que iba a suministrarle la anestesia.
Los hechos ocurrieron el 28 de noviembre de 2006, y el dentista, R.N.F., de 52 años y nacionalidad argentina, prestaba servicio en una clínica de La Roda, donde acudió el paciente para que le empastaran una muela.
La sentencia explica que al pincharle la anestesia con «una aguja de un solo uso», un trozo de esta se rompió y el dentista «intentó extraerla con unas pinzas», pero no lo consiguió, pero hizo una radiografía «no comunicando nada en ese momento al lesionado», y acabó el empaste.
El dentista citó al paciente al día siguiente «y le comunicó lo ocurrido», aconsejándole «que acudiera a un cirujano maxilofacial para su valoración».
El paciente fue al día siguiente al cirujano y fue sometido «a una intervención de urgencias», pero el sanitario tampoco pudo sacar la aguja.
El lesionado ha pasado por nuevas operaciones, según recoge el juez en la sentencia, pero «no ha resultado posible la extracción de la aguja», de forma que todavía tiene en la encía «un cuerpo extraño de tres centímetros», y aparte de las lesiones sufre secuelas como «trastorno depresivo» y hasta una cicatriz de 15 centímetros «en la parte posterior de la oreja» como consecuencia de las operaciones.
El tribunal entiende que existe «culpa médica» en este caso, aunque la aguja se rompió de forma «excepcional», como dijeron los peritos en el juicio y no por mala praxis del dentista.
La rotura fue «accidental» y el dentista no actuó de forma negligente, dice la sentencia, pero «sí hubo actuación negligente al no informar inmediatamente de lo sucedido al paciente», y haberlo remitido al cirujano en ese mismo momento.