Eran las cuatro y media de la madrugada del 19 de febrero de 2009 y un individuo, que responde a las iniciales S.R.G., intentó vender cocaína a tres agentes de la Policía Nacional que estaban de servico en el Paseo de la Rosa, en el barrio de Santa Bárbara, en Toledo.
Por supuesto, el acusado no sabía que los tres hombres eran policías porque vestían de paisano y patrullaban en un coche sin distintivos.
El vendedor llevaba en el bolsillo izquierdo de su cazadora una bolsita de plástico con cocaína, que tiró rápidamente al suelo en cuanto los tres policías se identificaron como tales. Y aunque parte de la cocaína quedó esparcida por el suelo, la bolsa que recogieron contenía 38 gramos de cocaína, con una riqueza del 29 por 100. Con su venta habría obtenido unos 2.300 euros.
Bien, pues el próximo miércoles 23 de septiembre será juzgado en la Audiencia Provincial de Toledo y la Fiscalía le acusa de un delito contra la salud pública, por lo que pide para él una pena de cuatro años y seis meses de prisión, además de una multa de 4.544 euros.