La Policía Nacional está investigando si el propietario del perro pitbull que el pasado sábado mordió a tres niños, uno de los cuales está grave en la UCI, había o no denunciado la desaparición del animal, cuyo dueño no es vecino de Toledo, según ha dicho el subdelegado del Gobierno, José Julián Gregorio.
A preguntas de los periodistas, el subdelegado del Gobierno ha indicado que el caso está aún en investigación por parte de la Policía Nacional y que será el juez el que determine el grado de culpa del propietario, que no es vecino de Toledo, sino que se encontraba residiendo «en ese momento» en Argés, una localidad situada a cinco kilómetros de Toledo capital, donde el perro mordió a los niños.
El subdelegado del Gobierno ha indicado que existe un decreto del Gobierno de 1999 que regula la tenencia de perros de raza peligrosa como es el caso del pitbull, que deben estar custodiados e ir con bozal, lo que no ha ocurrido en este caso, por lo que el propietario habría incurrido en una falta, aunque el animal, que fue abatido por la Policía Nacional, sí que llevaba el chip identificativo, de ahí que se haya localizado el dueño del can.
Gregorio no ha querido entrar a valorar si el Ayuntamiento de Toledo habría actuado correctamente en este caso y se ha limitado a decir que el deber del ayuntamiento es velar por el bienestar de los ciudadanos.
El subdelegado del Gobierno ha querido transmitir su apoyo a los familiares de menores por la ocurrido y les ha deseado una pronta recuperación, al tiempo que ha deseado que este tipo de hechos no se vuelvan a repetir.
Además de a un niño de dos años que está ingresado en estado grave en la UCI pediátrica del hospital Virgen de la Salud de Toledo, el pitbull también mordió a otros dos menores de seis y 12 años, aunque les produjo heridas leves.