La vecina de Villalgordo del Júcar (Albacete) que denunció a un anciano como presunto autor de los disparos mortales a cuatro gatos en su patio ha mantenido la acusación hacia él en el juicio, aunque admite que no le vio disparar.
Así lo ha declarado la denunciante, que ha tenido que ser expulsada de la sala por interrumpir constantemente el informe del abogado defensor del anciano, que pide la absolución del hombre por falta de pruebas.
El fiscal ha mantenido la petición de ocho meses de cárcel para el procesado, que tiene 92 años, por un delito continuado de maltrato animal.
El anciano no ha acudido a declarar ni ha justificado su ausencia y sí lo han hecho los guardias civiles que acudieron a la vivienda de la mujer en cuyo patio aparecieron muertos cuatro gatos.
Los hechos ocurrieron entre el 24 de enero y el 3 de febrero de 2011 y uno de los agentes ha dicho que «la mujer nos dijo que había sido el vecino y le intervenimos una carabina de balines de calibre 4,5», calibre que no coincide con los plomos encontrados en el patio, «que son del 5,5».
UN GATO MUERTO Y OTRO MALHERIDO
Los agentes han dicho que vieron un gato muerto y otro malherido, aunque el patio daba a tres fincas distintas, pero, que «lo razonable era pensar que los disparos se habían hecho desde la vivienda del vecino».
La denunciante, que ha tenido que ser apercibida varias veces por la jueza, ha dicho que nunca vio al vecino disparar pero sigue acusándolo, aunque el abogado defensor le ha recordado que ante la Guardia Civil dijo que pudieron ser unos jóvenes que se colaban.
La mujer, que ha llevado fotos de animales muertos, ha dicho que cuando llamó al 112 ya había matado nueve gatos, y siguieron apareciendo animales muertos varios días después, incluso, posteriormente a que la Guardia Civil requisara la carabina al anciano denunciado.
La mujer denunciante ha tenido que ser expulsada de la sala de vistas al interrumpir constantemente al abogado defensor en el informe final, donde incidía en que no hay pruebas contra el anciano, y pudieron ser otras personas o de otras fincas aledañas al patio las que disparaban a los gatos.