La familia de Ana María Fernández Monroy, asesinada hace 15 años el viernes 16 de noviembre en Puertollano, ha pedido que se esclarezca el caso y se encuentre al culpable, ya que nadie ha ido ha prisión por este suceso. Este llamamiento lo hacen con motivo de que se cumplen quince años del asesinato de la joven, que en el momento de su muerte tenía 28 años.
El padre de la joven, José Fernández, ha lamentado que a pesar de los 15 años transcurridos desde el suceso, la familia no tiene constancia de que ni el caso ni la correspondiente investigación policial hayan experimentado novedad alguna acerca del culpable que cometió el crimen ni de otros que pudieran haber estado implicados.
Según Fernández, la familia siempre ha tenido «muy buenas palabras de los mandos policiales y sus responsables políticos», pero ha lamentado que han pasado ya tres lustros y se está «como al principio o peor incluso porque cuanto más pasa tanto tiempo da la impresión de que más complicado es recabar las pruebas que podrían contribuir al esclarecimiento» del asesinato de Ana María.
«Siempre hemos pensado que en su día no se hicieron las cosas como debiera y por eso el criminal está hoy impune, por más que nos duela y con el consiguiente riesgo que eso supone para el resto de la sociedad y de nuestros vecinos en particular», ha lamentado el padre de la víctima.
Fernández ha instado a los mandos policiales y a los responsables políticos a que se pongan en el lugar de la familia, porque ha comentado que «si les afectase a ellos, jamás hubiera habido tanta incompetencia».
El cadáver de Ana María Fernández apareció semidesnudo en un descampado de Puertollano con numerosas puñaladas, el 16 de noviembre de 1997.
La policía descartó el móvil sexual después de que la autopsia confirmara que no hubo violación e interrogó al novio de la joven, con quien había discutido días antes de su muerte, y a otros dos jóvenes con quienes se la vio por última vez, sin resultado para la investigación del caso.