La familia de Antonio Fernández, el cazador desaparecido el pasado 30 de septiembre en la zona de La Jara, sospecha de las dos personas que le acompañaban el día de los hechos y cree que estas pueden tener la clave de su desaparición.
Así lo ha asegurado en rueda de prensa el abogado de la familia del desaparecido, Jesús Lázaro, quien ha afirmado que los testimonios dados por los acompañantes de Antonio son «mentira» porque han dado dos versiones diferentes de los hechos.
Según Lázaro, la primera versión que dieron a los familiares cuando se pusieron en contacto con ellos es que se fueron de caza a la finca «Los Baños» los tres juntos en el coche de uno de ellos.
Allí estuvieron esperando hasta las diez de la noche porque practicaban la caza de rececho y a esa hora volvieron y Antonio se quedó porque quería esperar más tiempo.
El abogado sostiene que «esto no puede ser porque las condiciones meteorológicas del día no eran idóneas para la caza, ya que llovía, la visibilidad era prácticamente nula y, por tanto, ni se ve ni se oye a los animales».
Además, en esa zona en la que se supone que estaban cazando no había cobertura de móvil, por lo que Antonio no podía llamar a nadie para que le fueran a recoger y, a su juicio, es «imposible» que en esas condiciones recorriera nueve kilómetros campo a través hasta llegar donde tenía su vehículo.
La segunda versión que ofrecieron al día siguiente, según el letrado, es que ambos acompañantes se habían quedado a esperarle en el bar de la casa rural de Aldeanueva de Barbarroya, al lado de donde apareció su coche.
Pero, el abogado ha afirmado que ese bar estaba cerrado el día 30 y la camarera que dijeron que les había atendido llevaba dos meses sin trabajar allí.
Tampoco la Guardia Civil ha encontrado ni una sola colilla tras peinar exhaustivamente la finca de 500 hectáreas, a pesar de que el cazador era fumador empedernido, ha sostenido Jesús Lázaro.
Por todo ello, Lázaro sostiene que «su desaparición no fue voluntaria» porque dejó la cartera con dinero en el coche, donde fue encontrada y también se ha preguntado por qué ha aparecido el rifle «escondido» a nueve kilómetros de su coche.
La familia del cazador no quiere acusar a nadie, pero sí cree que sus acompañantes son los «principales sospechosos» y que «pueden tener la clave de su desaparición», ha asegurado el abogado, según el cual, Antonio era un hombre «amable, de carácter abierto y no tenía enemistades, por lo que desconocemos el móvil de lo ocurrido».
«No había ninguna circunstancia personal que motivara su desaparición voluntaria», ha insistido, «y además al día siguiente tenía que sellar el paro», cosa que no ocurrió, por lo que la familia se ha quedado sin prestación.
Para la familia, que vive en «una angustia permanente de calvario y sufrimiento» desde hace 107 días, «es vital» que continúe el secreto de sumario para que la investigación avance, ya que están dispuestos a llegar «hasta las últimas consecuencias».
En este sentido, Lázaro ha agradecido en su nombre la labor que está llevando a cabo la Guardia Civil y el Juzgado de Instrucción número 4 de Talavera y ha pedido a los ciudadanos que colaboren si pueden aportar alguna pista o indicio sobre el caso.