lunes, 25 de noviembre de 2024
Visto para sentencia 22/04/2013junio 12th, 2017

El juicio contra dos jóvenes acusados de violar a una mujer en La Villa de Don Fadrique (Toledo) en diciembre de 2010 ha quedado visto para sentencia después de los informes de las partes y en los que la fiscalía y la acusación particular mantienen una petición de 15 años de prisión para cada uno y las defensas la libre absolución.
Durante la exposición de las conclusiones definitivas ante el tribunal de la sección primera de la Audiencia de Toledo, tanto las acusaciones como las defensas han esgrimido las contradicciones en que han incurrido tanto procesados como la denunciante para poner en duda la veracidad de sus respectivas declaraciones.

Durante el juicio, los acusados –Jesús S.H. y Francisco C.M., de 23 y 24 años- han insistido en que las relaciones fueron consentidas y que fue la denunciante quien se les insinuó cuando en la madrugada del 23 de diciembre de 2010 estuvieron los tres en el vehículo a las afueras del pueblo.


Sin embargo, la víctima insistió en que si bien se subió al coche de forma voluntaria, lo hizo porque ellos se brindaron a llevarla a casa en un día lluvioso y en la confianza que le daba conocer a uno de los acusados, a Jesús.

Durante sus informes, tanto la fiscalía como la acusación particular han aludido a la jurisprudencia del Tribunal Supremo, en el sentido de que no es necesario que haya eyaculación para que haya violación -solo se halló semen en el coche de uno de los acusados- y que tampoco es preciso que las lesiones a la víctima sean graves.

Las defensas de los acusados, por su parte, pusieron en duda el testimonio de la mujer, R.C., de 43 años, y aludieron a la toma de ansiolíticos y antisicóticos, por lo que cuestionaron su estado mental, mientras que las acusaciones argumentan que la medicación que tomaba se debía a un cuadro depresivo anterior y al estado en que quedó después de estos hechos.

También salió a colación durante esta última sesión la recogida de «miles» de firmas en el pueblo para pedirles que los jóvenes salieran de a cárcel, aunque el juez instructor de Quintanar les dejó en libertad provisional antes de que las rúbricas llegaran al juzgado.

La acusación particular ha impugnado una de las pruebas presentadas por la defensa, como son unas fotografías aportadas por un detective privado contratado por las familias de los encausados y que entrarían en contradicción con lo dicho por la mujer de que a raíz de las violaciones no se atrevía a ponerse en bañador ni a tener relaciones con otros hombres.

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