La muerte de un menor en Tarazona de la Mancha el 14 de enero de 2012 se verá en el juzgado de lo Penal 2 de Albacete el próximo 4 de febrero, aunque la Fiscalía no ve indicios de delito, pero sí el padre del fallecido que acusa a la madre de haber descuidado la seguridad y vigilancia del niño.
El escrito de acusación del fiscal solicita el sobreseimiento de la causa, indicando que el niño tenía tres años y cayó de la trona donde había estado comiendo, golpeándose «en la mejilla derecha y en la frente».
El escrito señala que la madre, que tenía 27 años, le puso hielo y pomada antiinflamatoria en los dos hematomas que se produjo el niño y éste «comenzó casi de forma inmediata a jugar y no tuvo ninguna sintomatología» que pudiera hacer pensar en consecuencias mayores.
Al día siguiente del accidente, el niño estuvo con su abuelo materno y luego con una amiga de la madre, «sin dar ninguna señal de que pudiera encontrarse enfermo» y el 16 de enero tenía «catarro y mocos» y vomitó, pero la madre lo atribuyó al resfriado.
Sin embargo, esa misma noche, sobre las diez, el niño vomitó otra vez y cuando la pareja sentimental de la madre estaba lavándolo «se desvaneció en la ducha».
Entonces, la madre lo llevó al centro de salud de Tarazona, donde le practicaron maniobras de reanimación, y desde allí fue trasladado al Hospital de Albacete, donde el fue diagnosticado un «hematoma subdural izquierdo agudo» por el que fue intervenido esa misma noche, pero una «hipotensión severa y desaturación extrema» durante la operación le causaron la muerte a las 4 de la madrugada.
Según el fiscal, no se ha podido acreditar que el niño sufriera «maltrato alguno» ni que la madre pudiera sospechar «en ningún momento» la gravedad de la lesión interna.
Por ello, el fiscal solicitó el sobreseimiento y archivo de las actuaciones, si bien el padre del menor es el que, como acusación particular, pide responsabilidades para su expareja.