martes, 26 de noviembre de 2024
Seis detenidos en Cuenca 04/02/2015junio 8th, 2017

Los beneficios de los explotadores sexuales eran muy suculentos.

Las encerraban en un club de alterne en Cuenca cuando llegaban a España y las sometían a estrictas medidas de control hasta que no saldaran su deuda con la organización que las había traído en avión desde Paraguay. Por fortuna, la Policía Nacional ha detenido a siete personas e imputado a otras cinco, algunas de ellas con causas judiciales pendientes por los mismos motivos.


Una investigación que comenzó cuando conocieron la existencia de una organización que captaba a mujeres de nacionalidad paraguaya en su país y las traían a España con el claro fin de explotarlas sexualmente. Siempre elegían víctimas en situación de necesidad o vulnerabilidad y al llegar a España las llevaban a Cuenca, en concreto a un club de alterne.

Organización que, tal y como se comprobaría después, estaba liderada por un hombre y por su pareja sentimental, una mujer de nacionalidad paraguaya y que aprovechaba para captar a las mujeres que vivían en situación de exclusión social.

Las decían que iban a ganar mucho dinero en España ejerciendo la prostitución y cuando ellas aceptaban había un grupo de personas, los llamados reclutadores, que daban la documentación necesaria a las jóvenes para que pudieran fingir un viaje turístico, les entregaban pasaporte, dinero en efectivo, reserva hotelera y billetes de avión de ida y vuelta-

Pero cuando llebaban a España…

Todo era muy diferente. Porque las trasladaban directamente al club y no podían salir de allí hasta que no saldaran por completo su deuda, que oscilaba entre los 2.500 y los 4.000 euros, por lo que debían entregar todos los beneficios que ganaban ejerciendo la prostitución. Cantidad inicial de dinero que se veía incrementada por el alquiler que tenían que pagar diariamente al club por estar allí alojadas. Además, era obligatorio que vivieran allí, además de que las multaban por supuestamente inclumplir las normas.

Dos miembros de esta organización, que regentaban un locutorio en Villarrobledo (Albacete), eran los encargados de enviar parte del dinero a la red de captación de mujeres en Paraguay.

UNAS CONDICIONES DE TRABAJO MUY DURAS Y BAJO ESTRICTOS CONTROLES

El día a día de estas mujeres no era, desde luego, coser y cantar. Porque trabajaban todos los días de la semana desde las cuatro de la tarde hasta que cerrara el local. Y podían ser multadas por retrasarse en la hora de comenzar el trabajo, si no trabajaban el día que estaban indispuestas, por utilizar el teléfono móvil o por cualquier otro motivo. Lo que provocaba que esta explotación reportara suculentos beneficios a la organización.

En el club había numerosas cámaras de seguridad, tanto dentro como fuera, colocaron un muro muy elevado y rejas en las ventanas de las habitaciones, con el fin de que nadie se saliera de su control.

Incluso para poder salir al patio las mujeres tenían que pedir permiso y tenían la orden de que si llegaba la Policía ellas se tenían que esconder.

Por fortuna, todo esto se ha acabado…

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