jueves, 26 de diciembre de 2024
La joven dice que le violó, pero el acusado lo niega 25/02/2014junio 9th, 2017

El acusado de cuatro delitos, uno de ellos de la presunta agresión sexual a su exnovia, entrado en la Audiencia Provincial de Toledo para ser juzgado.

«Ese día vino a mi casa, llamó a la puerta y le dije que se fuera. Pero dijo que no se iba, que quería hablar conmigo. Que me iba a ver sí o sí, por lo que accedí a abrirle la puerta para que mi familia no se enterara. En cuanto abrí él dio un empujón a la puerta y se fue directo al salón, cogió mi móvil y vio unos whatsapp que había escrito a otro muchacho. A partir de ese momento empegó a pegarme puñetazos, patadas y me puso una toalla en la boca para que no se escucharan mis gritos».


«VOLVIÓ AL DÍA SIGUIENTE Y LE DIJE QUE NO ME TOCARA, QUE ME DABA ASCO»

Judith se quedó paralizada y no quiso contárselo a nadie por miedo a que se enterara su familia, «ya habían sufrido bastante por esta relación». Y supuestamente no quedó ahí la cosa. «Porque volvió al día siguiente y le dije que no me tocara, que me daba asco. Pero él me cogió del pelo, me llevó a otra habitación, me sujetó de las manos y me obligó a tener relaciones sexuales con él. Me quitó la ropa y me violó».

Nerviosa y entre sollozos, Judith fue contando al juez lo que vivió el fin de semana del 27 al 29 de octubre de 2012 en su casa de Illescas. El acusado, su exnovio, Aitor, previamente lo había negado todo, incluso que destrozara la casa, pero tanto el forense que declaró como perito reconoció que ella tenía «lesiones compatibles con una agresión sexual» como los guardias civiles que procedieron a la detención del joven testificaron que él se mostró agresivo cuando llegaron a la casa y que, literalmente, estaba destrozada.

NO LA DEJÓ SALIR EN TODO EL FIN DE SEMANA Y…

La víctima ha narrado que él no la dejó salir de casa durante todo el fin de semana, hasta el lunes, que ella tenía que ir a trabajar al negocio de su padre y que si no iba sabría que algo le había ocurrido. Pero cuando llegó al trabajo le contó a uno de sus compañeros el terror que había vivido durante el fin de semana y le enseñó todos los moratones que tenía repartidos por la mayor parte del cuerpo. Este compañero, que contó todo esto durante el juicio, llamó al padre de Judith para narrarle los hechos y luego la acompañó al hospital.

Acto seguido ella fue a la Guardia Civil a presentar la correspondiente denuncia. Los agentes la acompañaron a su casa y fue cuando él se negó a abrir la puerta, por lo que tuvieron que tirarla abajo. Contrarrestar la agresividad que mostró el acusado, quien se había encerrado en un baño, y procedieron a su detención.

Judith afirma que, año y medio después, sigue teniendo miedo de Aitor, porque me dijeron que desde la cárcel había contratado a un sicario para quitarme de en medio. Por eso primero se fue a vivir con sus padres y más tarde se marchó, durante un año, a una casa de acogida. Continúa en tratamiento psicológico y declaró ocultándose de su presunto acosador.

EL ACUSADO NEGÓ TODOS LOS HECHOS, «NI DISCUTIMOS, NI LA PEGUÉ NI LA VIOLÉ»

Aitor, previamente, había negado todos los hechos de los que se le acusan. «Esa noche ella me recogió y fuimos a su casa, pero ni discutimos ni pegué a nadie. Fuimos a una discoteca y ella se pegó con una chica, de ahí sus moratones, pero no quiso que la llevara al hospital. Ni la pegué ni la puse ninguna toalla en la boca ni la desnudé ni la penetré de forma obligada. Sólo me resistí a abrir la puerta a la Guardia Civil».

El acusado, que cumplía entonces una orden de alejamiento de su pareja, se enfrenta a 14 años de cárcel que la Fiscalía pide para él por un supuesto delito de agresión sexual, otro de supuesta resistencia a los agentes de la autoridad que fueron a detenerle, otro por quebrantamiento de la medida de alejamiento y otro por los destrozos que supuestamente hizo en la casa de Judith.

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