Dos jóvenes, uno guineano y el otro malí, fueron detenidos en Guadalajara por un supuesto delito de usurpación de estado civil. Uno de los detenidos suplantó a otro en la realización de los exámenes teóricos del carnet de conducir.
El que hacía el examen era el que sabía, tanto manejarse en español como la normativa de tráfico. El suplantado, menos ducho en ambas lides, esperaba fuera tras ceder su documentación al suplantador. El suplantado pensaba pagarle a su compañero 2.000 euros por la operación.
Los agentes de la Guarda Civil de Tráfico Guadalajara (GIAT) inspeccionaban las documentaciones de los que se estaban examinando. Cuando lo hicieron con uno de ellos, y tras comprobar que su cara no correspondía con la de su NIE, le pidieron que mostrase vanamente otro medio de identificación, por lo que se puso nervioso y fue invitado a abandonar la sala.
Efectivamente, los agentes comprobaron que no se trataba de la misma persona que el titular del documento, persona que apareció en una parada de autobús cercana al lugar del examen.