Lo tienen bien estudiado, o sea que llevaban días, cuando menos, vigilando a las víctimas. Se trata del robo en Toledo de varios electrodomésticos (valorados en 4.500 euros) de la franquicia de la empresa Tien21 en Toledo, dándose la circunstancia de que el de ayer ha sido el quinto hurto en los últimos años, realizados casi todos ellos de la misma manera y hasta en la misma zona: dos hurtos anuales y espaciados pocos días… hasta el año siguiente. Está claro: los ladrones le tienen tomada perfectamente el servicio de reparto de esta franquicia.
Los hechos ocurrieron de la siguiente manera: unos operarios entraban en una de las tiendas que la franquicia tiene en Toledo. Dejaron el coche aparcado en la parte posterior de uno de los establecimientos, en una zona de carga y descarga de la calle Lucas Jordán, antes de entrar unos 15 minutos en la tienda de Tien21 Corvitel3 a fin de preparar las notas del reparto y recoger más mercancía para su posterior traslado.
El furgón de reparto ya contenía más mercancía que habían recogido previamente de otra tienda, la de Tien21 Luz el Tajo.
Tras haberse aumentado solo los mencionados 15 minutos, y al volver a furgón, los operarios comprobaron que los ladrones habían reventado la cerradura de la puerta y se habían llevado toda la mercancía que había dentro: varios televisores, diversas placas de vitrocerámica y de inducción, un horno… todo ello valorado en 4.500 euros.
Los responsables de la empresa, que denunciaron inmediatamente el robo a la Policía, admiten que los ladrones tienen perfectamente estudiados los movimientos del servicio de reparto de Tien21, ya que tienen contabilizados cinco robos en los últimos años, casi todos ellos llevados a cabo de la misma manera y en la misma zona. Además, Luis Arroyo, jefe de dos de las tiendas de la franquicia que la empresa tiene en Toledo, confirma que los robos suelen producirse dos al año y con un corto espacio de tiempo entre los mismos, solo unos pocos días. Tras ellos, parece que dejan «el trabajo» hasta la «siguente temporada».
«Parece que están esperando a que nos relajemos, pero claro, nosotros no podemos hacer otra cosa que seguir trabajando y repartiendo», se lamenta Arroyo.