En la imagen, el cadáver de la gineta encontrada muerta al comer cebos envenenados.
Colocaba cebos envenenados para matar alimañas y, por desgracia, lo consiguió. Animales que causaban daños en su propiedad, que comieron de los cebos y fallecieron. La Guardia Civil detuvo a una persona de 69 años y vecino de Almadén (Ciudad Real), cuyas iniciales son I.R.C., como presunto autor de un delito contra la fauna, dado que colocar cebos envenenados es un método no selectivo que puede causar la muerte de animales de cualquier especie que los ingieran, tal y como informa la Delegación del Gobierno en Castilla-La Mancha.
Sucedió en las inmediaciones de «La Umbría de Juan Gil» y agentes del Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil, con apoyo de una unidad canina, buscaron cebos envenenados en abril en la citada zona, al tener conocimiento de que podrían estar utilizándose, y descubrieron los cadáveres de una gineta, una comadreja, dos gatos domésticos y un rabilargo. Y comprobaron que por la zona había cinco trozos de carne impregnados en una sustancia granulada de color oscuro, cuyo aspecto era idéntico a un potente plaguicida comunmente utilizado en la elaboración de cebos envenenados y cuya tenencia y uso se encuentran actualmente prohibidos.
Fue al inspeccionar una nave agrícola que hay en la zona cuando descubrieron un bote de vidrio y una bolsa de plástico que contenían un kilo y medio de una sustancia que en apariencia coincidía con la que contenían los cebos envenenados.
Posteriormente, en El Chaparrillo, un centro de recuperación de fauna silvestre, se confirmó que los animales habían muerto por envenenamiento, ya que en el interior de sus cuerpos hallaron restos de la sustancia tóxica intervenida en el interior de la nave.
Algunos de los cebos envenenados que encontró la Guardia Civil.