Un español y un francés han sido imputados por regentar un criadero de perros localizado en Méntrida (Toledo), incurriendo en un delito de maltrato o abandono de animales. Todo comenzó cuando una persona reveló a la asociación protectora de animales El Refugio de Madrid que los animales del criadero estaban en malas condiciones higiénicas y de habitabilidad. Había casi un centenar de perros que mostraban heridas y una extrema delgadez, entre otras lindezas, como el hallazgo de ocho cadáveres en avanzado estado de descomposición.
El equipo del Seprona de la Comandancia de Toledo procedió a la imputación de B.T.A de 53 años y a T.M de 37 años, de nacionalidad española y francesa respectivamente por un delito de maltrato o abandono de animales en la localidad de Méntrida (Toledo).
La asociación protectora de animales El Refugio de Madrid comunicó al equipo del Seprona de la Guardia Civil de Toledo que había recibido información de una persona, en la que revelaba que los animales no estaban en unas condiciones higiénicas y de habitabilidad apropiados.
El pasado día 28 de marzo el equipo del Seprona, junto con un veterinario de la comarca, se desplazó al citado criadero canino. Junto con un empleado se revisaron las instalaciones y los animales. Se comprobó que en el lugar había casi un centenar de perros en un estado físico deplorable, ya que los animales mostraban heridas externas y una extrema delgadez por falta de nutrición.
Durante la inspección en una zona cercana a donde se alojaban los animales vivos dentro del criadero, se encontraron los cadáveres de ocho perros de distintas razas en avanzado estado de descomposición, alguno de ellos sin enterrar.
Los cuartos habilitados para los animales estaban llenos de heces y orines, siendo evidente la dejadez por parte de las personas responsables.
Se pudo comprobar que en el lugar había animales que no tenían su correspondiente microchip, no existía libro de registro de entrada y salida de los animales y el libro de tratamientos veterinarios tampoco estaba actualizado.
Este criadero canino no estaba bajo el control de ningún servicio veterinario para la atención de los animales y tampoco tenía contratado el servicio de un gestor de cadáveres de perros ni del resto de residuos producidos.
Las indagaciones de los agentes de la Guardia Civil del Seprona les llevaron a determinar la responsabilidad de las dos personas imputadas por estos hechos.