Compañeros del celador agredido se han concentrado en la puerta del hospital Virgen de la Salud, en Toledo, como medida de protesta.
«Me pegó un primer puñetazo en la cara y me rompió las gafas, lo que me provocó heridas en la cara. No pude reaccionar y me pegó un segundo puñetazo y tengo una herida debajo del ojo. Luego, otro de sus acompañantes me cogió de un brazo, me zarandeó y me tiró al suelo, hasta que…».
Es el testimonio de Serafín (utilizamo un nombre falso porque el triste protagonista de esta historia prefiere mantener el anonimato), el celador del hospital Virgen de la Salud de Toledo que fue agredido el miércoles 2 de abril por los familiares de un paciente y que ha contado en primera persona todo lo que sucedió a encastillalamancha.es.
«SALIÓ UN HOMBRE Y COMENZÓ A GRITAR QUE LES HABÍAN ENGAÑADO»
«Me encontraba en recepción y de repente vi aparecer a una persona llorando y con un ataque de ansiedad, por lo que rápidamente me acerqué a atenderla. Pedí a mi compañero que fuera a por una silla para trasladarla a Urgencias y la seguí atendiendo moralmente. En esas estaba cuando se acercó un señor mayor y muy alterado. Le dije que se tranquilizara y él comenzó a gritar que les habían engañado, diciendo que éramos unos carniceros y profiriendo insultos».
Hasta que a los pocos segundos «aparecieron por detrás un grupo de familiares y uno de ellos, de unos 40 años, preguntó: ¿quieres que le pegue? Y yo, que me estaba incorporando en ese momento tras atender a la señora, me encontré con que sin darme cuenta me atizó un puñetazo en la cara».
A partir de ese momento, sucedió lo que han podido leer al principio del reportaje. «Mi compañero, rápidamente, salió corriendo para avisar a los de Seguridad y yo, en un momento de confusión, también me fui a toda prisa y me metí en los despachos de Administración que, viendo cómo llegaba, con sangre en la cara, me llevaron a Urgencias».
«YO SÓLO INTENTÉ AYUDAR, MIS COMPAÑEROS ME CONOCEN Y SABEN QUE NO SOY NADA AGRESIVO»
Serafín todavía no entiende cómo pagaron su ira con él, «porque no había hecho absolutamente nada. Yo sólo intenté ayudar, mis compañeros me conocen, puedes preguntar a cualquiera, y saben que no soy nada agresivo. De hecho, no se lo creen».
Ahora tendrá que estar varios días de baja, porque además de las secuelas físicas tiene las psicológicas, «no se me ha pasado todavía el susto y vengo al hospital con el miedo en el cuerpo, estoy un poquito nervioso y atacadillo. Pero tengo que recuperar mi trabajo, porque es lo que más me gusta. Simplemente, me tocó a mí pagar el cabreo de esta gente».
CONCENTRACIÓN DE APOYO
Serafín lleva casi 20 años trabajando en el hospital Virgen de la Salud y esta misma mañana alrededor de un centenar de sus compañeros han protagonizado una concentración de apoyo y exigiendo respeto entre pacientes, familiares y trabajadores.