Un hombre de 34 años de origen ecuatoriano ha muerto este fin de semana al asfixiarse por dejar una estufa de gas butano encendida mientras dormía en su domicilio de Almendros (Cuenca). El hombre residía junto a sus padres y hermano desde hace una década en este municipio conquense y recibirá sepultura en la misma localidad, según ha relatado a EFE el alcalde del municipio Acisclo Jiménez.
Debido al intenso frío del fin de semana, este vecino, que trabajaba en un bar cercano a Almendros, en la autovía A-3, volvió del trabajo cansado y con mucho frío y decidió dejar una estufa de butano encendida en su dormitorio, ha explicado Jiménez.
Al parecer, la estufa consumió el oxígeno de la habitación provocando la muerte del hombre, que fue hallado sin vida sobre las 17:00 horas del sábado.
Jiménez ha lamentado el suceso y ha indicado que la familia, «muy integrada en el municipio», había trabajado «con sacrificio» durante estos años para poder hacerse una casa en el pueblo y establecerse en él.