El inspector de la Unidad Central de Delincuencia del Grupo de Homicidios que comenzó a investigar la desaparición de Mari Cielo Cañavate en Hellín (Albacete) en junio de 2008, meses después de los hechos, ha asegurado hoy en el juicio que «no había ningún síntoma de que fuera una desaparición voluntaria».
El inspector, que ha indicado que estos días trabaja en la investigación de los dos niños desaparecidos hace un mes en Córdoba, ha dicho que requirieron los servicios de esta unidad porque había circunstancias que resultaban «alarmantes» sobre la situación de esta persona. Según el inspector, el hecho de que dejara a su hijo en el colegio y quedara con él para verse por la tarde, que estacionara el vehículo cerca de su casa y, desde ahí, se perdiera el rastro, demuestra que la desaparición no fue voluntaria.
Sobre las teorías que ayer planteó el acusado de su muerte, F.R.G., de que Mari Cielo podía estar relacionada con alguna secta o algún grupo de crimen organizado, el inspector ha señalado que no se cumple ningún dato que pueda hacer pensar eso. Se ha referido a una cinta encontrada escondida en la cocina de la casa de Mari Cielo, donde ella había grabado conversaciones con el imputado y donde él decía: «siempre me estás engañando, ¿porqué no lo ibas a hacer ahora?», lo que para la Policía prueba que «ya había una desconfianza» los meses previos a la desaparición.
También ha asegurado que hay testigos que sitúan a Mari Cielo en el entorno de su casa «en situación de espera» en la misma hora en que el acusado fue a la vivienda de ella, y que Mari Cielo vio a su hermano y le dijo que se iba para casa porque había quedado con F.R.G. Asimismo ha relatado que un albañil, que conocía «perfectamente» a Mari Cielo, la sitúa «con claridad» junto al acusado, en su coche, la mañana de la desaparición.
El policía ha subrayado la «coincidencia de los testigos» sobre la vestimenta de Mari Cielo lo que, unido a que en el barrio todos la conocían y podían identificarla con claridad, prueba que «no hay duda de que era ella» y que el acusado no pudo marcharse del barrio, tras estar en su casa y ver que no estaba, sin encontrársela en la calle. En este punto, y a petición de la fiscal, el policía ha mostrado a los miembros del jurado popular el mapa de las estrechas calles de Hellín por donde el acusado dice que pasó sin encontrar a Mari Cielo y donde varios testimonios la sitúan «en situación de espera».
Ha señalado que una cosa que le sorprendió fue que la familia del acusado dijera que ignoraba la relación, cuando hay «testigos de una bronca de la mujer y la hija del acusado con Mari Cielo, que empezó en el tanatorio de la localidad y terminó en la puerta de la Comisaría» y en la que -según el testimonio de los testigos- la hija del acusado amenazó de muerte a Mari Cielo. Además, el policía ha manifestado que incluso hubo una bronca en la puerta del domicilio del acusado, cuando el exmarido de Mari Cielo se enteró de la relación, y que provocó que incluso el padre y la hermana de la mujer desaparecida fueran hasta allí para intervenir.
Por eso, el policía ha dicho que no comprende que los familiares del acusado «vengan cuatro años después a decir que no lo conocían». Ha reiterado que diversos testigos manifiestan que Mari Cielo les comentó que había roto su relación con el acusado, «por la desesperanza de que no dejaba a su mujer por ella» y que les había advertido que «no dejaba de llamarla» y estaba «pesado».
Hoy se está celebrando la tercera jornada del juicio con jurado popular contra F.R.G., que en el momento de la desaparición de Mari Cielo mantenía una relación sentimental con ella, y que está acusado de haberla matado aunque no se ha encontrado el cadáver.
Pese a que el juicio estaba programado solo en horario de mañana, esta tarde se reanudará la tercera jornada, al no haberse podido completar las declaraciones de los cuatro agentes citados para hoy.