Era lo más comentado de la noche. En todos los corrillos se hablaba: «Hay una redada». No era una redada como tal, puesto que no se buscaba a nadie en concreto, pero lo que sí hubo anoche en las discotecas de Toledo fue un amplio dispositivo policial e irrumpió en varios locales de ocio para realizar un control que, tal y como explicaron los agentes a alguno de los testigos, es algo que «se hace todos los años» y que, de hecho, ya estaba avisado.
El objetivo de los controles: el consumo y el tráfico de drogas. Anoche, en el dispositivo desplegado, había sobre una treintena de agentes, tanto de la Policía Nacional y la Local, aunque solo los primeros accedían a los locales, acompañados de un perro para detectar los estupefacientes.
En el operativo no solo participaron los agentes de la Comisaría de Toledo, sino que también vinieron unidades especializadas de Madrid.
Accedieron a míticos locales de ocio nocturno de casco histórico de Toledo como la Sithons o el Círculo de Arte.
Los agentes entraban, se encendía la luz, se custodiaba la puerta tanto por dentro como por fuera y el perro policía comenzaba a pasar entre los asistentes a la fiesta para intentar detectar drogas. Una noche toledana un tanto diferente.
Según señalan fuentes de la Policía Nacional, este operativo es parte del plan nacional del cuerpo contra el tráfico de estupefacientes. Se trata de unos controles rutinarios que ocurren todos los años y que son avisados para no crear alarma.
En el caso de los ocurridos anoche, transcurrieron sin ningún hecho reseñable, según indican estas mismas fuentes.